Capítulo 1: El sueño
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y vastos campos verdes, vivía un niño llamado Samuel. Desde que tenía memoria, Samuel soñaba con correr. No solo correr por el campo o en las calles del pueblo, sino correr en una verdadera pista, con la multitud vitoreando y la emoción de la competencia llenando el aire.
Cada vez que veía una carrera en la televisión, podía sentir su corazón latir con la emoción de los corredores. Se imaginaba a sí mismo en su lugar, sintiendo el viento en su rostro, el rugido de la multitud en sus oídos. Soñaba con la sensación de cruzar la línea de meta, con la satisfacción de saber que había dado todo de sí.
Pero había un problema. Samuel tenía una condición en la pierna que le dificultaba correr. A menudo cojeaba y tenía dificultades para mantener el equilibrio. Pero a pesar de su condición, Samuel nunca dejó que su sueño muriera. En su corazón, sabía que era un corredor.
Cada día, después de la escuela, Samuel iba al campo y practicaba. Corría tanto como podía, empujándose a sí mismo un poco más cada día. A veces se caía, pero siempre se levantaba y seguía adelante. Porque para Samuel, cada caída era solo un recordatorio de por qué estaba corriendo: para cumplir su sueño.
Y así, a pesar de los desafíos, Samuel continuó corriendo. Porque sabía que, al final del día, no importaba cuántas veces cayera. Lo que importaba era cuántas veces se levantaba y seguía adelante. Y con cada paso que daba, Samuel se acercaba un poco más a su sueño.
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Solo Corre y Persigue Tus Sueños
Acciónesta historia hace reflexión de nunca rendirse y alcanzar sus metas.