Empire |KookV.

capitulo 1.

Por el largo camino del bosque otoñal, se encontraba un lujoso carruaje, el cual iba escoltado por varios hombres en caballos. El hermoso bosque habia recibido su nombre gracias a sus hojas siempre en tonalidades naranjas y rojas.

— Disculpe si el viaje es incómodo su majestad, debemos apresurarnos debido a que este camino es peligroso y hay maleantes en los alrededores. — Informó uno de los guardias que se encontraba fuera del gran carruaje.

Jeon JungKook, rey de toda Corea, el hombre con más poder en toda asía.

— No hay problema con eso, Sir Seok, lo importante es llegar sanos. — El hombre al obtener una contestación positiva asintió con la cabeza y ordenó seguir con rapidez.

El trayecto siguió silencioso, solo se escuchaban los galopes de los caballos en el camino de piedra, todo iba bien hasta que el carruaje se detuvo y lo único que se escuchó fueron quejidos por parte de sus hombres.

JungKook tomó su espada y la desenfundó, un mal presentimiento se instalo en su cabeza. Abrió la puerta del carruaje y salió. Lo primero que vio fue a varios de sus hombres en el suelo y un total de siete ladrones.

El pelinegro no tuvo más opciones que pelear por su vida. La batalla comenzó en el momento en el que el rey puso un pie fuera del lujoso transporte.

El sonido de las espadas al chocar rebosaba en sus oidos. Era una batalla injusta pero aún así habia terminado con la mitad de los ladrones. Jeon salto sobre la espalda de uno de los enmascarados y luego golpeo a otro en el rostro, logrando asi que este cayera.

No quedaba ninguno a su alrededor, hasta que contó, habían solo seis de ellos. Cuando volteo su rostro para ver detras de su espalda, un golpe seco lo hizo caer al suelo inconsciente.

— Dense prisa y tomen todo lo de valor, las ropas y todo, no dejen nada. — Ordenó el lider de la banda.

Los hombres obedecieron y empezaron a guardar las cosas de valor en sacos marrones con enormes sonrisas en sus rostros.

— ¿No les parece injusta esta situación? Este pobre hombre estuvo peleando solo. — Una dulce voz los interrumpió, todos los hombres voltearon para ver de quién se trataba pero no habia nadie. — Ustedes son unos cobardes.

El jefe de la banda dio un paso adelante y miro a su alrededor.

— ¿Quien diablos eres? Sal ahora. — Demandó. El joven doncel bajo del arbol de un solo salto. Los ladrones quedaron boquiabiertos con la figura. - ¿Un doncel?

El rubio sonrio bajo su túnica. Ahora que tenia su atención podia cambiarlo todo.

— ¿Quién diablos eres? No volveré a preguntar. — El doncel negó con la cabeza. — No me hagas ir allá, te arruinare. — El rubio se rio a carcajadas logrando cabrear al hombre.

— ¿Cree usted poder contra mi? — Mencionó el doncel con burla hacia el hombre mayor.

— Muchachos, atrapenlo, esta noche tendremos un festín. — Mencionó con una sonrisa en su rostro.

ɛɱ℘ıཞɛ.

Cuando Jeon JungKook estuvo despierto, lo primero que vio fue unos bonitos ojos azules mirandole fijamente.

— ¿Se encuentra bien señor? — El doncel estaba hincado frente al mayor, termino de desatar sus manos y luego se incorporó nuevamente. — Venga, dejeme ayudarle. — El rubio extendió su mano y Jeon la tomo.

— ¿Quien eres tu? — Cuestionó sacudiendo sus prendas sucias con tierra. — ¿Donde estan los.. — Sus palabras quedaron atoradas en su garganta cuando vio a todos los hombres noqueados en el suelo. — ¿Tu lo hiciste? — Su rostro era digno de una pintura.