MINI RELATOS MIRACULOUS (NAVIFICS 2023)

DAY 8: BASTONES DE DULCE

- Ya, silencio alumnos.

Se escuchó una voz sobresalir entre todo el bullicio que habían montado el resto de sus compañeros. Por su parte, la azabache estaba más que aburrida, Alya había pedido permiso para participar en una actividad del club de periodismo del que era vice-presidenta con tan solo 8 meses de entrar. Y Adrien... Él justo había faltado a clases ese día, sin ambos, el día de Marinette era tan aburrido.

Pese al año que había pasado desde que se había graduado del François Dupont, ella aún conservaba su personalidad amigable y alegre, el Lycée era el primer paso a su especialización el siguiente año, por lo cual había decidido cursarla en compañía de las personas más importantes de su vida, su novio y su mejor amiga, sin embargo...

- Bien, ya que finalmente todos decidieron guardar silencio. Empezaré con el anuncio principal.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su maestra, no era Miss Bustier, pues ahora como alcaldesa ella tenía muchas nuevas responsabilidades, pero se sentía bien en su compañía y bajo su enseñanza, sin demora se decidió por prestar atención a lo que esta tenía por decir.

- Como sabrán se acerca la navidad y con ello nuestras breves vacaciones de invierno. Sin embargo, antes de despedirnos por un rato, hemos decidido implementar una pequeña dinámica que resaltará estas fechas y eso es nada más y nada menos, que la entrega de bastones de dulce.

La mayoría se alegró por aquel anuncio, aunque no faltaron los graciosos que lanzaron comentarios como "¿acaso tenemos 12?" "buu, aburrido" y cosas parecidas. Aun así, era bueno el hecho de que una buena parte del curso se animara a participar en ello.

- Las reglas serán sencillas. En sus casilleros, el día de mañana encontrarán pequeñas bolsitas de tela, a las que se encargarán de colocar su nombre y desde la primera y hora, tendrán la oportunidad de dejar bastones en la del compañero que ustedes prefieran, junto con una notita qué deje ver al máximo su espíritu navideño. Ya quedará a idea de ustedes. Una vez dicho esto, abran su libro en la página 135.

El resto de las clases pasaron entre breves conversas con algunas de sus otras compañeras y uno que otro comentario divertido con los chicos de las últimas filas, pues al ser la asistente de la representante, recaía en ella más atención de la que hubiera deseado, incluso para tareas.

- Hola, Marinette.

- ¡Te extrañé hoy!

- ¡Al igual que yo! Lamento no haber podido ir a clases, pero con todo el problema que se ha vuelto esto de prestar mi imagen de vez en cuando en la empresa ahora que papá no está, se me hizo imposible manejar bien mi tiempo. Te recompensaré este fin de semana, lo prometo princesa.

- Es una promesa. Ahora cuéntame ¿Cómo salió todo?

Una llamada con Adrien podía durar desde minutos hasta horas seguidas y es que pese a ya tener más de un año saliendo, no podían acostumbrarse a estar más de un día sin saber del otro, por lo cual aquello se había convertido en casi una dulce rutina. Eso si, sin que diera pie a una desvelada en medio de la semana porque entonces si se metería en problemas con sus padres y a tan poco tiempo de salir de vacaciones lo mejor era tenerlos contentos.

El día había llegado y con ello la primera hora de clases.

- Gimnasia... No puede ser.

Nunca era suficiente para quejarse de esa clase que tanto problema le traía, pues aunque su agilidad había aumentado, su torpeza seguía siendo una mala compañía.

Se apresuró en dejar su nombre colocado con un alfiler en la bolsa que había sido colgada fuera de su casillero y abandonó el aula. En tanto esperaban que el profesor terminara su charla con uno de los alumnos destacados, Marinette fijó su vista en Adrien, quien un poco tarde -algo no muy propio de él- aparecía por el portón, no tardó en acercarse a él y saludarlo con un abrazo, manteniendo el debido comportamiento dentro del Liceo.