42. MIENTRAS TANTO.

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Holaaaaa.
Perdón por haber desaparecido (de nuevo). Realmente pasaron y están pasando muchas cosas en mi vida, por lo que ando muy ocupada.
Sin embargo, desde hace unas semanas quiero retomar mi escritura ya que me encanta escribir y me hace bien <3

Así que aquí estoy. Espero que todavía haya personas que quieran seguir leyendo esta historia sjdjsjd

besito.

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Segundos luego de ver como Minho se encontraba, Jeongin caminó rápido hacia él, irrumpiendo en su habitación sin permiso.

Claro que al entrar, Lee vio su rostro de preocupación, por lo que levantó su mano, en señal de que se calmara.

- No pasó nada. - dijo, todavía sosteniendo el algodón con la otra mano sobre su boca, sin siquiera mirarlo a los ojos.

- En serio? Entonces por qué tienes un ojo morado y tu labio sangrando? - Jeongin le preguntó, negando con la cabeza.

Sin embargo, no esperó a que este respondiera sino que, en menos de un minuto, fue y volvió del baño, con el botiquín del mismo, para poder ayudarlo con sus heridas.

Al regresar a este, no obstante, Lee procedió a quitarse su remera, y sólo después de hacer dicha acción, Yang se percató que este también tenía lastimaduras y golpes en su abdomen.

- Se que parece que me metí en un lío... - Minho comentó, mirando hacia abajo. - Pero te puedo jurar que casi no estoy consumiendo, Jeongin.

Este suspiró, abriendo el botiquín y sacando ciertos materiales para limpiar su piel. Pero Minho quiso que respondiera.

- No me crees, verdad? - preguntó sonriendo sarcástico.

- Hace unos días creí que habías cambiado... Pero cada vez que intento poner mi fe en ti, veo que te pasan cosas malas como estas. - el menor dijo, sonando un poco decepcionado.

Realmente quería creer que Minho estaba cambiando, más le costaba hacerlo cuando el otro parecía estar haciendo lo mismo de siempre.

- Por qué te golpearon? - Yang preguntó mientras limpiaba sus heridas, luego de que transcurrieran unos minutos en silencio.

- Todavía les debo dinero a unos chicos de antes... - Minho habló siendo sincero. - Pero cuando cobre podré saldar mi deuda y no habrá más problema. - agregó, minimizando la situación en la que se encontraba.

- Suena como si fuese algo de todos los días, pero te han golpeado y por poco no te lastiman seriamente. - lo miró molesto, odiando que actuase tan calmo. - Si necesitas dinero, te puedo dar de mis ahorros y luego me lo devuelves.

- No es necesario. Se que no me harán nada mas que esto. - El mayor respondió, de repente, mirándolo fijo al otro, quién se encontró con su mirada, y se sintió un tanto incómodo por ella.

- Sé que eres muy rudo y todo, pero no puedes poner siempre tu cuerpo para defenderte, sabes? - Jeongin opinó, pasando ahora un algodón con desinfectante por debajo de su pecho, secando sangre seca que había en ella.

No obstante, Minho procedió a tomarlo de su muñeca con una mano, mirándolo serio al hacerlo.

- Te dije que no te convenía estar cerca de mi. - musitó entre dientes, soltando luego su agarre.

- Ahora ya es muy tarde para arrepentirme. - El menor respondió serio, terminando de curar la herida. - Dejame ayudarte, Minho... No tienes por qué lidiar con todo esto tú solo.

Yang lo miró fijamente, haciendo que el otro posase también sus ojos en él.

Minho no dijo nada, más segundos luego, acercó su rostro herido al de Jeongin para poder dejarle un beso en su mejilla.

El más chico se estremeció ante dicho contacto, y mordió su labio inferior, odiando que a Lee le costase tanto expresar lo que sentía.

Sin embargo, instantes después, Minho tomó de su mano y unió esta con la suya.

- Quédate aquí un rato. Hazme compañía. - Sugirió, todavía mirándolo fijamente.

Solo que Yang no pudo tolerar el hecho de que este se encontrase sin remera junto a él. De alguna manera, todavía poseía las ganas de estar cerca suyo como habían estado la otra vez.

- T-tengo que estudiar. Tú descansa. - mintió estúpidamente, levantándose de la cama de un momento a otro, deshaciéndose al mismo tiempo del agarre de su mano. - Si precisas algo, me avisas.

Jeongin no esperó a que el otro le respondiera, y salió de su habitación en menos de un segundo, suspirando pesadamente al estar fuera.

Minho no dijo nada, más rio para sí mismo, adorando lo tierno que podía verse su hermanastro menor a veces.

[...]

Por la madrugada, casi a eso de las dos y cuarto, Jeongin se encontró dando vueltas en su cama, sin poder conciliar el sueño.

Su cuerpo estaba cansado del día, más su mente no dejaba de dar vueltas, haciendo que se mantuviese despierto.

Yang todavía no entendía si Minho realmente había cambiado, si lo conocía mejor, o si en realidad estaba fingiendo frente a él, pero sentía que ahora las cosas eran distintas entre ambos.

A su vez, el menor no comprendía por qué, solo cuando se trataba del otro, se sentía tan atraído y con tanto deseo de estar cerca suyo.

Porque, no era como si desde siempre le hubiese gustado, pero ahora, cada vez que Minho lo miraba o cada vez que se le acercaba, Jeongin quería tocar su piel, besarlo, o hacer algo para sentirlo más a su lado.

Se había dado cuenta de que era la primera vez que sentía eso por alguien, por lo que no sabía realmente si había algo correcto o no en su pensar.

Yang suspiró hondo al ver que había pasado casi media hora más desde la última vez que había mirado el reloj, y se giró en el lugar, quedando ahora con la mirada en el techo.

Segundos luego, procedió a sentarse en su cama y luego, se levantó de esta para poder tomar una toalla e ir al baño a ducharse.

Pensó que quizás un baño le ayudaría a relajarse.

Al llegar a este, cerró la puerta del mismo sin hacer ruido, y abrió las canillas de la ducha para graduar la temperatura del agua.

Una vez que estuvo lo suficientemente tibia, se desvistió dejando la ropa a un lado, y entró en esta, permitiendo que el calor invadiese su piel.

Jeongin puso todo su cuerpo debajo de la ducha, haciendo que este se aclimatase por la diferencia de temperatura, y tiró de su cabello hacia atrás con ambas manos, para poder mojar su rostro con el agua que caía.

Cerrando sus ojos, respiró en voz baja, y se mantuvo así por un rato. Sin embargo, nada de lo que hacía parecía poder calmar su mente.

Fue por eso que, entendiendo su cuerpo y lo que este le estaba pidiendo, al cabo de unos minutos bajó una de sus manos para poder comenzar a tocarse lentamente.

Como ya era tarde, procuro no hacer mucho ruido mientras lo hacía, más su boca se partió en dos al sentir que estaba por llegar al climax.

Segundos después, tomó con fuerza su miembro y exhalo en voz baja, corriéndose rápidamente, todavía con el agua cayendo sobre sus hombros.

Solo así, abrió los ojos y entendió que, lo que realmente lo tenía despierto en aquella noche era el deseo sexual que había estado conteniendo desde hace tiempo.

Al terminar de bañarse, Yang volvió a vestirse con el mismo pijama que tenía y salió de dicho cuarto, para ir a su habitación.

No obstante, antes de que pudiera llegar al mismo, notó que la puerta de Minho estaba cerrada, y que parecía haber ruido en el interior de ella.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐘𝐎𝐔, 𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 | 𝐦𝐢𝐧𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora