Prólogo

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Aveces es extraño pensar que cuando eramos niños pudimos llegar a llevarnos bien,supongo que simplemente maduramos y cambiamos;pero permanece en mi la sensación de que estoy haciendo algo mal y que las cosas podían haber sido diferentes...

Sin embargo,estas sensaciones tan puras se desvanecen cuando me mira con esos ojos libidinosos que me arrastran como una esclava hacia él,intento soportar mis instintos lo más que puedo y respetar nuestro acuerdo tácito de odiarnos mutuamente por siempre pero...

Él fue el culpable de todo desde un principio,él es el culpable por tentarme con cada afelinado movimiento,con cada comentario sarcástico que hace y con esa despectiva mirada que me vuelve un manojo de nervios.

O eso es lo que prefiero creer.

No había sentido nada igual, hasta que lo volví a encontrar  y ahora debo contener esta terrible sensación que alberga mi interior.Esta sensación de placentera satisfacción y extasis en expansión que me genera cada vez que estamos a punto de matarnos...

Debe haber algo mal conmigo,en definitiva.

Reavivando las cenizas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora