❪ 𝐕 ❫

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No fue solamente el repentino movimiento que la mano de Samantha empleó para desabrochar mi pantalón y bajarlo mínimamente lo que me dio un tremendo estremecimiento de placer, sino el extraño y el intenso tono que logré descubrir en su voz

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No fue solamente el repentino movimiento que la mano de Samantha empleó para desabrochar mi pantalón y bajarlo mínimamente lo que me dio un tremendo estremecimiento de placer, sino el extraño y el intenso tono que logré descubrir en su voz. Fue casi como una amenaza, una amenaza que estaba dispuesta a cumplir, y que estoy dispuesta a soportar.

Tensé mis músculos y apreté la mandíbula cuando los largos dedos de Samantha iniciaron suaves caricias en mi centro por sobre la tela de mi ropa interior. No me ayudaba el hecho de seguir sintiendo su respiración detrás mío, su pecho estaba pegado a mi espalda, sus brazos estaban rodeándome simulando una jaula, simplemente para no dejarme ir.

Pasé mis manos por sus antebrazos, que me abrazaban a mis costados, hasta llegar a sus muñecas, no sé si ella comprendió el acto o si yo intenté de verdad comunicarle algo, pero ejerció presión con sus dedos en aquella zona. Aferré mis manos a sus muñecas y cerré los ojos, agradecí infinitamente que no estuviera mirándola frente a frente, porque esto comenzaba a reflejarse en mi más de lo que yo esperaba.

— No me sujetes, no podré hacerlo bien si me sostienes así. — Samantha quitó mis manos de sus muñecas y logró meter su mano dentro de mis bragas. Dejé ir un jadeo cuando la calidez de su mano me cubrió placenteramente.

Ahogué con toda la fuerza de voluntad que aún me quedaba un fuerte gemido, no estoy lista para ser perra, esperaré un poco más.

Mi mente no dejó pasar desapercibido el tono tan autoritario que empleó en su orden, ni tampoco el efecto que ocasionó en mi cuerpo. Es como si todo de mi estuviera de acuerdo en obedecerle, y el hecho me resultaba increíblemente poderoso sobre mí, porque su orden me gusta, su tono me pone alerta, todo de ella tiene una autoridad sobre todo de mí que me hace dudar demasiado, pero me hace sentir muy bien.

— ¿Quieres que hablemos del curioso cuestionario que le hiciste a Nuvia mientras te masturbo? —

Fruncí mi rostro, intenté ordenar mis ideas y pensé en su pregunta... Oh, maldita traidora. Yo solo le pregunté a Nuvia unas cuantas cosas acerca de sexo sin compromiso o como desaparecer de la vida de un amante para no verle la cara nunca en la vida de nuevo, claro, sin que éste se entere. No sé cómo supo que hablaba encubiertamente de Samantha, tampoco sé cómo confié en ella, estúpida Nuvia.

— N-no, no digas su nombre... Mientras hacemos esto... Joder, maldita sucia. — Millaray sabrá lo que es tener un bonito morete en su cara después de esto. ¿Cómo fue capaz de contarle a Samantha? Que amiga, no le contaré nada jamás, que se meta sus pinky por el culo.

— ¿Por qué no dejaste que yo solucionara tus dudas?... — Podía sentir la maldita y condenada sonrisa de Samantha sobre mi hombro, disfrutaba de las reacciones, disfrutaba de su control, disfrutaba de tenerme así, simplemente lo hace y es que es Samantha, ella debe tener el control si no, todo está mal... Y bueno, yo solo soy Abril, solo soy yo, y me tiene bajo su control.

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐒𝐄𝐗𝐎𝐌𝐍𝐈𝐀. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora