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¿Acaso su cercanía con la muerte no fue suficiente? Era como si nada hubiera cambiado en él, pero si en los demás; actuando con tanta precaución que se estaba perdiendo de lo más importante, su felicidad. No fue capaz de romper con Niraya, condenándose a besos que en secreto se quita, tampoco fue capaz de decirle a Ao'nung que aún está enamorado de él.

- ¿Y a dónde va? - cuestionó a su hermana Kiri, ambos yacían sentados en la entrada del marui viendo como varios Metkayina subían a canoas listos para partir, se iban sin armas por lo que no era cacería, entre todos ellos el único que le importaba era Ao'nung. 

- ¿Si notas el arreglo floral que llevan? Tsireya me contó que el novio le regala ese gran ramo a su novia para pedirle matrimonio. 

"Ao'nung..." 

- Ya veo. - le dolía, muchas cosas le estaban doliendo a la vez; saber que esa misma mañana el hombre que ama le pediría matrimonio a una completa extraña, que no tenía la valentía para decirle lo que siente y lo peor de todo es que Ao'nung estaba haciendo todo eso sin decirle, aunque Ao'nung no tenga la obligación de decirle sobre su matrimonio una parte de Neteyam esperaba que lo hiciera. - ¿Está mal si voy a darle mis felicitaciones?

- Claro que no, es tu amigo después de todo. Seguramente le haría feliz que tu estés feliz por su matrimonio. - Kiri tiene los ojos abiertos para tantas cosas, pero no lo suficiente para darse cuenta del amor que siente su hermano por el Metkayina. 

Pensó vagamente en simplemente dejarlo y aceptar que Ao'nung no es y no será jamás suyo, pero sus ganas de abrazarlo y pensar que en ese pobre fragmento de tiempo es el suyo le ganó por completo; corriendo hacía él sin palabras preparadas para él, solo queriendo estar cerca de su desgraciadamente amigo. Yaciendo de pie ante él, su presencia fue notaba por el Metkayina quién al verlo no hizo más que exhalar con pesadez y sonreír con cierto dolor en el pecho; quería lanzarse a besarlo y decirle todo lo que siente y ha estado sintiendo por él, pero ante la vista de todos era imposible, mucho más si estuvieran solos. Así que solo lo abrazó, sujetándose entre los dos con fuerza como si uno fuera el soporte del otro en ese momento tan triste, un cobarde y un desdichado. 

- ¿Lo harás ya? - preguntó en voz baja sin aún soltarlo, aguantaba sus ganas de llorar. 

- Saldré en la tarde, después del mediodía. - odiaba que el tiempo pasará tan rápido, pues estaba a unas escasas horas de partir a conocer y pedirle matrimonio a su futura esposa. - No quiero estar aquí, todo esto me repugna. 

𝐵𝑒𝑎𝑢𝑡𝑖𝑓𝑢𝑙 𝑃ℎ𝑒𝑛𝑜𝑚𝑒𝑛𝑜𝑛 ┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora