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Ambos parecían tranquilos al ver a Neteyam tan tranquilo, Ao'nung exhaló y se fue para permitirle a su prometido tener un espacio de solas con Jake; quién por mientras estuvo hablando de todo lo que había ocurrido en los meses que estuvieron apartados, y pese a esas pequeñas espinas que aún yacían incrustadas en sus pechos querían pensar que era simplemente la preocupación pasajera que dejó marcas en ellos, pero nada de qué preocuparse.
Sintiéndose mal en sus adentros por haberla juzgado tan mal.
Ao'nung se encontraba caminando, aunque le gustaría despejar más su mente ciertamente no podía hacerlo, no por completo. Mientras revisaba los cestos para la pesca del día siguiente tonó que alguien carraspeo su garganta llamando así su atención, bastó con solo mirar por encima de su hombro para saber de quien se trataba; meses atrás sería eso bastante incomodo, pero después del regreso de Neteyam siente agrado.
- Niraya, ¿En qué puedo ayudarte? - dispuesto a ser servicial con quién lo era con Neteyam.
- ¡Oh! nada, solo quería saber cómo se encuentra Neteyam. - musitó con un tono apacible, su rostro fresco mostraba brillo y cariño en sus palaras.
- Él está muy bien, está en el marui hablando con Jake. - contestó dejando en su lugar la canasta que había estado revisando anterior mente.
- Me alegra mucho saberlo, lo vi con Mari'tu...me parecio extraño, perdón no quiero sonar mal, solo no esperaba eso.
- Ni yo, pero...Neteyam puede ser bastante bueno. - hasta él le dio oportunidades, se alegra que se las haya dado, pero le preocupa que se las dé al na'vi incorrecto.
- Si lo es, me hubiera gustado hablar con él. - expresó en un suspiro. - Lo vi con Mari'tu tomando el té, y pensé en darle un pie de frutas.
- Él si me comentó de ese pie de frutas, seguro olvidó mencionar que se lo diste tu. - pronunció "avergonzado" como si fuera él quién olvidó ese detalle.
- Esta bien, lo importante es que él lo disfrutó y le gustó.
- Estoy seguro de que si, y te agradezco por ese detalle con él.
Niraya apretó sus labios para luego desgonzar una cálida sonrisa. - ¿Quieres que te ayude a revisar las canastas? No tienes que hacer todo tu solo, veo que trabajas mucho.
- Niraya, te lo agradezco mucho.
Duró unos minutos trabajando, revisando y reparando una que otra canasta; dándose cuenta como en su marui entraban los hermanos de Neteyam junto con su madre, Neytiri, parecía que estuvieran haciendo una pequeña reunión familiar en su ausencia, y aunque le gustaría convivir y generar un vínculo más fuerte con ellos, se mantuvo apartado pues quizá era algo íntimo de ellos y no quería romperlo.
