十一 [11]

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Que pase el tiempo y que le arrulle en su manto, estando solo y a su vez no era algo de lo que tendría que acostumbrarse, y pese a querer admirar la idea de que el padre de su bebé se haga presente también existía esa posibilidad en la que el amor no fuera tanto, que termine por separarlos por el tiempo de lejanía que se tengan entre sí. 

Lo vio al día siguiente, al igual que Mari'tu, terminando de construir el marui en dónde viviría. Ese día estaban sus hermanas y su madre presentes para ayudarlo a darle a su marui le aspecto de un hogar, todos ahí menos su padre y eso le generó un dolor punzante en el pecho; ya parecía un hogar en aspecto más no en sentir pues sentía que aún le faltaba amor, mucho más amor del que ya tenía.  

- Vendré a verte hijo. - comentó Neytiri abrazando a su hijo para despedirse. 

Palabras que vuelan como hojas, bastaría una ráfaga para que estas se vayan lejos y así pasó, las palabras se las llevó el viento. Quizá pasaron cosas en Awa'altu que desconoce y que provocaron que dejen de visitarlo, Lo'ak parecía ser quién más se quedaría con Neteyam pero la cotidianidad de un na'vi gestante era tan monótono que fue casi sorpresivo que fuera él, el primero en dejar de visitarlo, luego fueron Kiri y Tuk no sabe con exactitud por qué solo un día le dieron una manta para su bebé cuando nazca y no regresaron más, y por ultimo Neytiri quién cada día parecía más deprimida por verlo, quizá le generaba dolor el ver como el vientre de su hijo creía y que por actos inmaduros y desmedidos de un amor juvenil su hijo arruinó de una forma egoísta más de una vida. Para colmo, Ao'nung dejó de visitarlo y aunque cada vez que iba Mari'tu estaba presente por lo menos esperaba de una manera ingenua que siguiera visitándolo, pero no lo juzga realmente Neteyam no juzgaba a nadie por dejarlo pues comprendía que aquel embarazo había sido tomado como una maldición para todos ellos, y quizá puede que Ao'nung si haya amado al bebé, pero era tanta la angustia que por presión decidió voltear la cara. 

Como todas las noches desde que todos se apartaron, Neteyam adoptó una rutina que le genera cierta tranquilidad, cocinaba para él sus comidas favoritas y aunque muchas veces repetía, le gustaba tanto que no se cansaría de comer lo mismo. Recibiendo el calor de la fogata, dándose cariño a si mismo era para él como darle cariño a su bebé, usualmente miraba fuera del marui rogando que alguien vaya a visitarlo, quién sea y aunque habla con su bebé desearía que alguien le respondiera. 

Recostado en la cama, delado pues su vientre yacía aún más grande, la briza entraba suave y acariciaba su cabello, las olas eran como un arrulló para él; Eywa lo consentía, fue tanta su paz en ese momento y como todas las noches que se quedó dormido. 

- ¿Neteyam? - una voz baja, susurrando se hizo presente. - ¿Neteyam? - nuevamente, pero esta vez el susurro se podía percibir más cerca, los pasos no tenían forma de que se transformaran en un susurro por lo que terminó generando que Neteyam abriera sus ojos y sepa quién lo fue a ver. 

𝐵𝑒𝑎𝑢𝑡𝑖𝑓𝑢𝑙 𝑃ℎ𝑒𝑛𝑜𝑚𝑒𝑛𝑜𝑛 ┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora