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Tenía tan poco tiempo y tan poca valentía pese a ser esa su idea inicial, un plan desmedido por obtener el amor del hombre que ama, una pequeña excusa para darse esa oportunidad de estar juntos. Estaba poniendo muchas cosas en riesgo, pero muchas veces cuando nos enamoramos con locura hacemos cosas de las que incluso nosotros mismos son desconocemos por completo, sumidos en ese profundo amor obsesivo que defenderemos hasta que nos sangren las manos.
- Hola. - musitó, estaba nervioso, tanto así que sentía sus latidos en su cabeza. - ¿Está Ao'nung?
- Si, espera aquí. - respondió como amabilidad la esposa del Olo'eyktan, Mari'tu parecía ser muy amable y tierna, pero Neteyam estaba tan celoso que solo veía una perra entrometida.
Y entonces lo vio, de pie bajo el marco de la entrada del marui, tan bello, pero a su vez cansado; ser el nuevo Olo'eyktan le cayó pesado a los hombros, pero entre esos ojos cansados se vio un brillo vivaz tal cual la noche más estrellada al ver a Neteyam ante él.
- Mari'tu... déjanos a solas. - dijo con firmeza a su esposa quién bajó la mirada por sentirse siempre excluida, pero no protestó por lo que salió dejando a su esposo junto con Neteyam. Y extrañamente le generaba incomodidad, un sentimiento de que algo no iba bien.
Ao'nung le dio el paso a Neteyam, yaciendo ahora ambos bajo el mismo techo; podría soltarlo y decirlo simplemente, pero en su mente se contempló esa llana posibilidad de que él no quiera estar con él, y mentalmente eso dolió. El Omatikaya se acercó y como si él otro estuviera esperándolo, lo abrazó para refugiarse por unos escasos minutos entre sus brazos, esos brazos fornidos y con los bellos trazos de sus tatuajes dictando que no solo es todo un hombre sino llevando con orgullo el ser guerrero y Olo'eyktan, ¿Estaría acaso a punto de arruinar todo eso?
Las palabras en su boca sintiendo que es completamente incapaz de pronunciarlas, abrazando con más fuerza a su amante. - Por favor, no me odies.
- ¿Odiarte? Neteyam, pero ¿Que tonterías dices? - habló con la voz más dulce, acariciando el cabello de su verdadero amor. - ¿Qué pasa?
"¿Qué pasa? Pasa que estoy asustado, pasa que creo que he hecho algo terrible pero que tampoco me arrepiento todavía de lo que hice, pasa que soy egoísta; contigo y con este bebé por el capricho de que estes conmigo. Pasa que te amo con locura y no sé qué hacer, ¿es esto normal? te amo tanto Ao'nung que me duele el pecho de lo rebosante de mi amor por ti."
- Yo quiero estar contigo. - comentó Neteyam con tristeza de que eso sea tan solo un deseo. - Y pensé en tu deber como Olo'eyktan y de que yo puedo ayudarte.
- ¿Ayudarme? - cuestionó mientras dejaba el abrazo, pero sin soltar los brazos de Neteyam. - Net, no entiendo... tengo muchos deberes, ¿de qué me hablas?
