tags: slice of life, established relationship, headcanon, kissing
palabras: 744
Matías tiene el pelo demasiado largo para su gusto y necesita ayuda de su mejor amigo, Enzo, para emprolijarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Tengo el pelo un desastre- dice Matías saliendo del baño.
Se olvidó el shampoo y tuvo que usar el que les deja el club en las habitaciones de la concentración, eso sumado a que hace casi dos semanas no se lo corta, resulta en lo que él catalogaría como una catástrofe pero no quiere ser exagerado y el desastre suena mejor.
-A mí me gusta como te queda así, flaqui- dice Enzo que está acostado en la cama de Matías sin nada más que sus shorts puestos.
-No, mirá lo que es esto- tira de un mechón para probar su punto-. Está larguísimo y acá a los costados ya es cualquier cosa encima si no lo seco va a quedar como un casco.
Enzo se ríe -¿Querés que te ayude?- pregunta.
Matías hace un puchero y asiente con la cabeza, sin más, se da la vuelta y vuelve al baño. Todavía tiene una toalla envuelta en la cintura y pareciera que para lo único que salió fue para conseguir la ayuda de su amigo. Enzo rápidamente lo sigue, dejando su celular tirado en alguna parte de la cama.
El menor espera pacientemente sentado sobre la tapa del inodoro con la secadora de pelo en su regazo, Enzo sonríe cuando lo ve y conecta la secadora al enchufe de al lado de la puerta.
-A ver- dice el mayor y con dos dedos, levanta la cabeza de Matías, que sigue sentado, para analizar con cuidado el corte de pelo.
Matías lo mira con ojos de cachorrito y las ganas de Enzo de reírse y de besarlo con fuerza están divididas en partes iguales, evita las dos cosas y se ocupa de buscar alguna tijera en los cajones del bajo mesada.
-¿Sabías que de pibe yo le cortaba el pelo a mis amigos?- dice Enzo.
Matías chasquea la lengua-¿Me lo decís para que me ponga celoso?
Enzo, esta vez, sí se ríe con ganas al mismo tiempo que se vuelve a posicionar frente a Matías y apoya en su regazo las cosas que encontró: una tijera, un peine, la espuma de afeitar de Matías y una maquinita de afeitar.
-Te lo decía para que confíes en que no voy a hacer cagada pero, ¿te pusiste celoso, bonito?- se burla.
Matías rueda los ojos como única respuesta y deja que Enzo se ponga manos a la obra, el mayor utiliza la tijera para recortar en el largo del pelo y para emprolijar. El pelo de Matías no está tan largo como él asegura por lo que es una tarea que es fácil de resolver, a Matías, mientras tanto, no le queda de otra que esforzarse por enfocar su vista en cualquier lugar que no sean los abdominales de Enzo o en cómo la tela de sus shorts caen con gracia de su cadera.
Agarra la toalla que está colgada a un lado de la bacha y saca los restos de cabello que quedan en el rostro de Matías que vuelve a mirar para arriba y Enzo le sonríe con ternura.
-¿Querés que te afeite?- le pregunta y aprieta sus mejillas con cariño.
-Dale- acepta Matías.
No tiene tanto crecimiento pero a Enzo le fascina la suavidad del rostro recién afeitado de Matías, así que, desparrama la espuma en el área de la barba y de las patillas. Con sumo cuidado pasa la hoja afilada en líneas rectas por el rostro de Matías y tiene que estar atento para no perderse en los ojos grandes de Matías que lo miran atentos. Voltea apenas el rostro ajeno y continúa pasando la maquinita hasta que no queda un solo resto de espuma blanca.
-A verte- pide Enzo.
Matías sonríe porque ya lo está viendo, no puede hacer mucho más. Enzo gira su rostro hacia los lados para asegurarse que haya quedado prolijo.
-Listo- dice Enzo y se inclina para dejar un beso en la punta de la nariz de Matías-. Lavate la cara, dale, yo me voy a acostar, si querés te podés pasar a mi cama, ¿sabés?
Y cuando se está por alejar, Matías tira de su brazo y choca sus labios con los de Enzo. El mayor, en su posición incómoda, agarra la cintura desnuda de Matías en búsqueda de intensificar el beso que, de todas formas, es corto porque Matías se separa.
-Andá a acostarte, no te duermas antes de que vaya, porfa- pide.
Enzo sonríe y le roba un último beso antes de irse.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
