Capitulo VI

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La palidez de su piel resaltaba, pero a pesar de ello, seguía viéndose guapo. Sus pestañas largas, incluso en ese momento, parecían deprimidas. Me acerqué a él y le pregunté qué había sucedido ayer, aunque ya sabía la respuesta. Habíamos escuchado algo, y por la forma en que nos miraban anoche, estábamos siendo perseguidos por hienas, una de las cuales era yo. Me miró y dejó escapar un suspiro antes de pronunciar mi nombre.

— ¿Tienes una pastilla o algo para el dolor de cabeza?—le pregunté mientras su cabeza caía sobre la mesa. Mi mano se acercó para tocar su cabello, pero rápidamente cambié de dirección y la posé sobre su hombro. Debo ser honesta, me resulta inquietante que mis manos hayan deseado acariciarlo, sobre todo porque se trata de Owen, mi vecino, el chico guapo del barrio. Es el caballero más amable que he conocido, y sobre todo, después de haberlo escuchado decir esas palabras aquella noche, algo se desbloqueó en mí. Un recuerdo quizá, de Kyle, y ahora deseaba volver a escucharlo decir esas palabras: "no lo sé, quizás."

—Ve a casa si te sientes mal y luego te paso lo de hoy— el levanta su cuerpo del banco y me mira, como si estuviese loca, quiero acompañarlo para que esté bien. Al menos yo sé que eso es lo que él hubiese hecho pero no puedo.

—Gracias Ri. Me siento como la mierda ahora —sin más se va de salón de clases.
Me encantaría decirle que se olvide de lo que paso anoche y que no tendrá problemas con eso. Me hace sentir como la mierda ahora mismo porque era justamente lo que no buscaba, quería mantener a las personas alejadas de esto.

Me levanto de mi banco, tomo la mochila. —Lo siento, ¿podrías pasarme mañana lo de esta clase?— le digo a un compañero.

—Claro, mañana te digo— me responde Paul. Salgo del salón hacia los pasillos para alcanzar a Owen, quien ya iba por la salida de la universidad.
Cuando veo la salida veo una patrulla en el estacionamiento y no puedo evitar esconderme detrás de la pared. Pues el recuerdo de lo que era antes no deja de perseguirme, me tengo que recordar a mi misma que no es por mi, por lo que están aquí.
Salgo caminando de ahí con cierta inquietud en mi espalda hasta llegar a Owen que se iba a subir a su auto.

— Espera, Owen. Voy contigo— abre su auto y subimos.

—¿No deberías estar en la clase? —pregunta y mira antes de arrancar.

— Si, debería pero no iba a dejar que te
vayas así —lo miro y le toco el hombro. Hecha una mirada en donde lo toque y de inmediato entendí lo que había hecho.
—Estás pálido. ¿Tienes problemas de presión?—le preguntó. Esta vez no hago contacto visual. No quiero mirarlo a los ojos porque es maldita mente lindo.

—No dormí anoche y pienso que estoy levantando temperatura— va conduciendo hacia nuestras casas. —Si quieres podemos tomar un café en casa o algo mientras se me pasa.

—¿Porque no dormiste bien anoche? —le digo. Quería creer que no habia escuchado demasiado como para indagar, tengo el pensamiento de que Owen es por demás de curioso.

—Fuimos a Breaksfield. Con los chicos— dios mío estaba cagado del miedo —¿Sabes que significa Omerta? —me mira.

— ¿Tengo cara de saber? — dice de inmediato. Quiso creer que su voz no se había quebrado por un momento o que por una vez, que la paranoia de su vecino sea tal para no ser tan observador...

— Tienes cara de ser inteligente, pensé que sabrías...no quise buscarlo anoche. —terminó con un susurro nervioso. Sus manos temblaban al volante y me dio la impresión de hasta ver cómo temblaba su barbilla.

—¿Puedes Googlearlo?—me dice entrando en su cochera.

—No tengo celular, Owen —me mira como acordándose de algo. No se en que momento mi sangre comenzó a bombear tan rápido en mi sistema, aquella misma sensación de estar siendo atrapada

Tierra de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora