Una cena desastrosa y un vampiro

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Yo que estoy sola en casa, una de las mejores cosas que me pasan, estar sola, me pongo a mimarme un rato, es decir, ducha, arreglarme un poco, maquillarme y estrenar cositas de maquillaje nuevo que me había comprado, etc. Mi baño (que comparto con el pesado de Diego), tiene la mejor ducha del mundo, chorros de hidromasaje, buena temperatura, está iluminado, es blanco con marmol, muy formal, precioso, el baño lo compartimos, pero cada uno tiene una pica y sus respectivos armarios y espejos, él tiene el suyo hecho un desastre, en cambio el mío está perfecto, todo el maquillaje ordenado y todo limpio.

Después de una ducha muy relajante con la musica a todo volumen, salgo de la ducha y me enredo una toalla en la cabeza para quitar el exceso de agua de mi pelo, mientras me lavo los dientes y cojo el outfit que habia dejado preparado, un top blanco con un chandal ancho gris que me hace muy buen culo (dicho por mis amigas), me pongo el outfit y me quito la toalla, mi pelo negro es demasiado rebelde, así que cojo el secador para quitarle la humedad y le pongo un serum para darle brillo, me desenredo el pelo y me hago una coleta floja para poder maquillarme. Aún con la música a todo volumen me maquillo cantando a todo pulmón las canciones del momento. Termino de maquillarme y me deshago la coleta, me aliso el pelo (odio que se me ondule el pelo, porque dicen que si se te ondula significa que estas enamorada de alguien, y yo no me pienso volver a enamorar de alguien después de lo de Pau...), acabo de alisarme el pelo y salgo del baño por fin.

Me dirijo hacia la cocina, son ya las 14.30, era hora de hacer la comida, miro la dieta, y hoy me toca una ensalada y un plato pequeño de patata. Adoro comer sano, es mi pasión en verdad, es la manera de agradecerle a mi cuerpo todo lo que aguanta día sí y día también. Cuando por fin me puedo sentar en la mesa del salon me pongo la televisión con una pierna subida a la silla (mi madre odia que haga eso pero como no esta puedo hacerlo) y mientras como veo una serie nueva de asesinatos que está muy bien, mientra me llega un mensaje de mi madre.

→ ¿Qué has comido?

*Enviaste una foto*

→ Tiene buena pinta, nosotros ahora llegamos.

¿Os hago algo para comer? -le pregunto, aunque ya habrán comido son las 15.23.

→ No tranquila, hemos ido a comer con Antonio.

¿Antonio?- pregunto inquieta, ¿no era que no se llevaban mucho después del divorcio?

→ Sí hija, nos llevamos bien y es el padre de Diego, es normal que nos veamos.

*Visto*

Después de esto ya no sé qué esperarme más de mi madre, yo creo que es bipolar, es decir, ayer no quería hablar de él y ahora va a comer con él, no lo entiendo, ya lo hablaré con ella supongo o si no ya le sacaré información a Diego cuando lleguen.

Acabo de comer, recojo todo y como mi madre había dicho escucho la puerta abrirse y procedo a escuchar la voz de mi madre y Diego entrando por el descansillo.

-Ya estamos aquí -dice mi madre demasiado feliz, más de lo normal "sospechoso" pienso.

-Ya lo veo -murmuro de mala gana.

-¿Qué vas ha hacer esta tarde Sofi? -pregunta mi madre.

-Tenía pensado quedar con las de siempre -con las de siempre me refiero a Olivia, Samantha y Xenoa (mis amigas de voley).

-Pues lo siento pero te quedas en casa querida -me dice mi madre con miedo a mi respuesta.

- ¿Por qué? -pregunto como si no me hubiera importado mucho no poder salir, la verdad, no me apetecía mucho, pero si tengo excusa mejor que mejor.

-Porque necesito que limpies la casa para esta noche. -dice mi madre como si nada.

- Emmm, ¿me falta contexto? ¿Esta noche? -pregunto con miedo a la respuesta porque ya me la temo.

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