Descuido

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No mintieron, pero tampoco dijeron la verdad, lo poco que sabía Ana según lo que recordaba en las clases de historia era que Barcelona era parte de los terrenos que pertenecían al rey de Aragón durante la época histórica en la que se encontraban. El rey seguro lo sabría mejor si también estudió para ser monarca entonces tendría que conocer cada reino en el mundo y no solo de Jerusalén, o al menos una buena parte del continente de Europa debido a las pocas alianzas que se tenían en las Cruzadas, si es que esa parte de la historia de la película que había visto era cierta, porque todo lo que sabían de las Cruzadas era sobre como las guerras promovidas por la iglesia habían sido con el fin de recuperar Tierra Santa de los musulmanes y sobre la lucha del rey Ricardo Corazón de León, de esa historia si conocían debido a que habían entrado en la historia de Robin Hood y después lograron conocer al rey Ricardo; y como había dicho Teresa, las Cruzadas eran muchas historias, muchos caballeros y muchas batallas por órdenes del emperador Alejo I siendo respaldado por el Papa Urbano II.

Mientras tanto, el rey estaba comenzando a sentir una incomodidad al tener su rostro descubierto, pese a que las trillizas nunca mostraron ninguna mueca de desagrado en ningún momento volvió a cubrirse nuevamente el rostro pensando que en realidad estaban fingiendo como muchos nobles en la corte.

—Su Majestad, no tiene que cubrirse por nosotras, ya le dije que no nos molestaba su rostro— reiteró Teresa al ver lo que hacía—. Usted tiene una gran belleza que ningún otro hombre pueda poseer.

—No somos como esas personas, si nos molestara de verdad, no le estuviéramos ni mirando a la cara—musitó Elena.

—Exactamente—dijo Ana—, su alma es pura y es un gran guerrero, no solo de su reino, sino de su propia lucha contra la enfermedad que posee.

Teresa se levantó, seguida de sus dos hermanas y comenzaron a dar unas palmadas rítmicas. 

Teresa

Escucha, palabras de una amiga,

Palabras sinceras le doy

No debes pensar en como te han de ver

Tu debes pensar en tu ser

Ana

Es pura verdad

Amigo, no pierdas tu fe

Pues, cuando puedan ver

Como es tu buen ser

Tu amistad te van a ofrecer

—¿Lo crees?— preguntó Balduino.

La música fue acompañada por danzas que las trillizas hacían alrededor del rey.

Elena

Escucha bien, lo que digo

Podrán mucha gente llegar

A veces, muy buenas, y otras muy falsas

Malvados serán, no lo vas a escuchar

Observa muy bien, quien te puede ofrecer

Lealtad y su amistad en verdad

Tu valor, vas a mostrar

Teresa y Ana

Es pura verdad

Las tres mellizas adolescentes y el Rey Balduino IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora