Capítulo 2

248 31 12
                                    

El par de amigas seguían muy atentas a las indicaciones de la instructora del club de madres primerizas, escuchando cada una de las experiencias y consejos de todas las mujeres, rodeadas de un ambiente cálido, cómodo y seguro, definitivamente iban a volver.

Después de ir a comer y hacer shopping innecesario, las chicas fueron a la boutique de Yeri para hacerse manicura y pedicura, ambas habían extrañado dedicarse días completos a ellas mismas y a su amistad.

-Se supone que el viernes iba a hacerme las uñas, Merari va a matarme.

-¿Que son unos días de anticipación? ¿No le haz dicho que ya sabes sobre la propuesta?- la pelirroja negó-. Es que no quiero quitarle la ilusión, ahora que lo se puedo ver qué se está esforzando para que ese día sea perfecto para mí así que.

-Lo entiendo, beba- asintieron en concordancia-. Vas a tener que practicar tu cara de sorpresa.

-Dios, ¡soy muy mala fingiendo!- bueno, casi en todo, ese pensamiento le bajó un poco la sonrisa. Su consuelo siempre fue que Edward no sabía sobre sus sentimientos, así que solo ella era consciente de lo mal que la tenía.

-Tienes que ensayar porque vas a tener como diez cámaras grabando, la mía no porque voy a grabar como Joshua llora- ambas se rieron.

Yeri checó su teléfono, las cosas con Edward habían sido un poco raras desde anoche, sus conversaciones habían sido muy efímeras y con una tensión extraña, aunque sentía que estaba sobrepensando las cosas. Pero no era cualquier persona, era su mejor amigo, tenía derecho a sobrepensar las cosas.

Así que culpo a los 17 años que tenían de amistad cuando en la noche después de dejar a Odetth fue a la casa de Edward. Tenía las llaves pero decidió tocar.

-Hey, ¿qué haces aquí?- la chica sonrió apenada-. Traje chocolate abuelita.

-¿Perdiste las llaves?

-No, es solo que quería asegurarme que estuvieras en casa- la miró extrañado-. Sabes que es tu casa, tonta.

-Lo sé, gracias- el pelinegro le acomodó el abrigo en el perchero y la estudió con la mirada. El también había notado el ambiente extraño entre ellos-. Yeri, no sé si estoy alucinando cosas pero solo quiero saber si todo está bien entre nosotros.

-¿Qué?

-No sé, siento que hoy te has comportado rara conmigo- ella negó rápidamente-. Todo está bien Edward, si te soy honesta me siento avergonzada por como me puse ayer, enserio perdón...

El pelinegro la agarró de los hombros para estabilizarla, ella guardó silencio expectante-. Jamás te disculpes por como reaccionas, es algo que no puedes controlar, y mira quién te lo dice- eso le sacó una sonrisa a la más baja-. Además, entiendo porque reaccionaste así- el corazón se le detuvo-. Ya solo un culito para toda la vida.

Yeri soltó la risa, tal vez demasiado exagerada, pero no la juzguen, por un momento la sangre abandonó su cuerpo.

-No, ya enserio, se lo importante que es para ti el matrimonio, nunca dudes que puedes decirme lo que quieras, mi prioridad es verte feliz- le dio un beso en la sien y juntó sus frentes.

Cristo, ¿por que lo hacía tan difícil? si Yeri no estuviera acostumbrada a estos tratos de su parte probablemente tendría dañado el corazón de tanto ataque cardíaco, pero a este punto, estaba prácticamente condicionada. Suspiró ya agotada.

-Ven, vamos a tomarnos el chocolatito, me salió riquísimo.

-Si chuy- la más bajita le dio un empujón juguetón mientras el más alto reía, no pudo evitar contagiarse luego.

when you know, you know. [crymua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora