YO SOY EL PADRE DEL VILLANO

Capitulo 101

Lin Fei se apoyó en los brazos de Lin Luoqing y dejó que Lin Luoqing lo sostuviera por un rato. Finalmente, Lin Luoqing lo soltó.—Ve y dale el regalo a tu tío.

Lin Fei se levantó de la cama y lo miró antes de irse como para ver si realmente no estaba infeliz.

Lin Luoqing se rió al instante.—Si no te vas, querré besarte de nuevo.

Lin Fei, : —...

Los ojos de Lin Fei mostraron el disgusto familiar. Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Lin Luoqing estaba a punto de acostarse en la cama y descansar un rato cuando vio a Lin Fei abrir la puerta nuevamente y caminar de regreso con torpeza.

—Solo una vez—, dijo Lin Fei en voz baja.

Parecía 30% reacio, 50% indefenso y 20% indulgente.

Lin Luoqing se rió de nuevo.

Lin Fei se enojó y se avergonzó. Se dio la vuelta para irse, pero Lin Luoqing lo detuvo y lo besó con fuerza en la cara.

—Feifei, eres realmente lindo. ¿Por qué eres tan lindo?— Lin Luoqing preguntó antes de besarlo de nuevo.

Lin Fei pensó: '... ¿No dije solo una vez?'

Expresó sus dudas con los ojos. Lin Luoqing sonrió y se tocó un lado de la cara. —Eres tan lindo que no pude contenerme. Me gustas mucho y naturalmente quiero besarte más. ¿No es normal?

Lin Fei escuchó estas palabras directas y pensó que Lin Luoqing estaba tan pegajoso como siempre.

En silencio suspiró en su corazón. Luego salió de la habitación de Lin Luoqing y Ji Yuxiao y caminó hacia su propia habitación.

Solo había venido aquí para discutir con Lin Luoqing y no trajo la manzana. Ahora que Lin Luoqing estuvo de acuerdo, fue a su habitación y agarró la manzana que le había dado el maestro.

Ji Yuxiao estaba en el estudio escuchando al jefe del departamento de planificación informarle sobre las actividades de planificación para principios del próximo año. Iba por la mitad cuando llamaron a la puerta. La puerta se abrió y entró Lin Fei.

—¿Estás ocupado?— Lin Fei le preguntó.

—No estoy ocupado— dijo Ji Yuxiao. Luego le dijo al jefe de departamento al otro lado de la videollamada: —Tómate un descanso.

Hizo una pausa en el video y empujó la silla de ruedas hacia Lin Fei.

Lin Fei lo vio moverse hacia este lado y rápidamente se acercó. —Vine a traerte una manzana. No te molestaré.

—¿Manzana?— Ji Yuxiao recordó que hoy era Nochebuena.

Siempre había sido menos sensible a las vacaciones, especialmente después de lesionarse. Salía con menos frecuencia y se quedaba en casa la mayor parte del tiempo. Por lo tanto, se volvió menos sensible a las vacaciones.

Lin Fei se acercó a él y le entregó la caja que contenía la manzana. —Esto me lo dio el maestro de escuela. Te lo daré.

No era un niño que fuera bueno pidiendo crédito para sí mismo. Él no sería como Ji Leyu, quien dijo dulces bendiciones al dar regalos.

Esperaba en su corazón que Ji Yuxiao estuviera sano, seguro y sin heridas, al igual que esperaba que Ji Yuxiao pudiera protegerse cuando le diera el cactus a Ji Yuxiao. Sin embargo, solo daría las cosas y no diría tales palabras.

Ji Yuxiao tomó la caja de cartón bellamente empaquetada y sonrió.—¿No quieres quedártelo para ti pero tienes que regalarlo? Se puede ver que eres un niño sensato y amable.