El inicio del caos.

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La graduación formal en donde se hacía entrega de los diplomas había terminado cerca de las dos de la tarde, aunque de igual debían asistir al salón al día siguiente una última vez el próximo día para un emotivo cierre entre los de su clase, y la fiesta entre los de nuestro grado sería en un par de días.

A las afueras del establecimiento nos encontramos con nuestros padres y varias áreas con múltiples actividades que habían organizado para nuestra despedida y dejarnos un bonito recuerdo de aquél día; habían retratos pintados a mano, cabinas de fotos con diversos accesorios, mesa de comida y aún más, prácticamente nos habían traído una feria exclusiva para disfrutar.

Con mi amiga; Sofía, nos acercamos al área en dónde dibujantes y artistas estaban realizando retratos a mano, ya que para la cabina de fotos había una fila demasiado larga y los fotógrafos que rondaban solo estaban enfocados en tomar imágenes a los ahora, ex-alumnos en general, sin enfocarse en las parejas o grupos de amigos.
Cuando finalmente fue nuestro turno, luego de unos 15 minutos en espera, nos colocamos frente a un hombre de mediana edad, vestido de manera semi-formal junto a un delantal que abarcaba la mayor parte de su vestimenta, delantal el cuál estaba cubierto de pintura. El hombre nos sonrió y con eso nos dió a entender a Sofía y a mí, en que posaramos para el recuerdo, ella colocó el ramo de flores que sostenía entre ambas y sonreímos de regreso, indicando que así estábamos listas.

Pasaron unos horribles y cansadores 30 minutos en la posición que habíamos escogido, hasta que finalmente el pintor terminó por entregar nuestro cuadro. Un alivio para el malditamente detallista pintor y para nosotras.

Sofía, ella era de mi clase por lo cual era uno años menor que yo de tez blanca con un cuerpo delgado y un hermoso cabello azabache, su personalidad la podría describir como tímida, comprensiva y bastante agradable al trató.

Apenas tuve el retrato en mis manos con Sofi, decidimos ir pasear y disfrutar de la comida antes de que volviéramos a mi casa.

Tan solo una hora duró nuestro recorrido por la feria, la comida ya casi se había agotado y los juegos estaban prácticamente repletos, sobretodo porque gente de otros grados se coló en ellos. Así que luego de nuestro recorrido en dónde obtuvimos comida y uno que otro premio, nos encaminamos hacia mi casa nuestros padres se habían ido de compras en el momento en que el pintor nos entregó el cuadro finalizado. Así que con Sofi nos quedariamos solas durante un par de horas en lo que ellos volvían.

El viaje desde el edificio hacía mi casa duro apenas unos veinte minutos caminando, queríamos disfrutar de aquél paisaje y último recorrido que tendríamos que dar. Al llegar, tan solo nos cambiamos de uniforme por ropa comoda y fuimos directo hacia el sofá, frente a la televisión de la sala.

Luego de acomodarnos nos relajamos y comenzamos a conversar de cosas triviales, la escuela, recuerdos, el futuro y la universidad que en tan solo unos meses comenzaría, bastante pronto a mi parecer. A medida que pasan los años, los estudiantes comienzan sus estudios cada vez más jóvenes y con demasiada presión en ellos, apenas si pueden disfrutar de los pequeños detalles que la vida les ofrece, y cuando tienen tiempo de disfrútalos ya es bastante tarde.

Mi mirada se fijó en la televisión frente a nosotras, desde hace en días que una noticia a estado presente en todos los canales y medios de información, hasta ahora, no le había tomado importancia y bueno, simplemente no me llamaba la atención como para invertir tiempo en ella, además era una estudiante bastante ocupada.

La noticia consistía que un grupo de investigadores de varios países estaban cerca de encontrar un hallazgo el cual "aseguraban" que cambiaría el curso de la humanidad y lo que sabíamos de ella. Por primera vez me enfoque en ver lo que realmente estaban haciendo, habían alrededor de nueve personas, algunos escarbando en lo que creo que era una cueva, la imagen se veía realmente mal de seguro era por la mala señal en donde se encontraban, debían de estar realmente muy profundo como para que aquellas cámaras de última tecnología que seguía cada movimiento de los investigadores, transmitieran una señal, apenas visible.

Sofía había dejado de hablar, hace ya unos minutos convirtiendo las palabras en el olvido, su mirada se desvió hacia la televisión notando con mayor claridad las letras blancas en el rojo recuadro en el inferior de la pantalla que indicaba la noticia de último minuto, al igual que Sofía estaba atrapada en la pantalla, muchos espectadores alrededor del mundo mantenían su vista pegada y los oídos atentos a los relatos del los periodistas qué cautivaban con sus audaces palabras, relatando segundo a segundo las acciones de los investigadores, manteniendo a la curiosidad de la gente colgando de un frágil hilo. La tensión se podía ver en el aire, entre más removían la tierra más cerca estaban, uno de los investigadores, junto a un cuaderno en su mano, anotaba cada detalle de lo que a su alrededor pasaba.

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