— ¿Por qué las preguntas, eh?, ¿Estás celosa?
— Joder, no seas idiota.
-Alex llegó interrumpiendo nuevamente nuestra plática, agradeciendo internamente, suspiré y relaje mi cuerpo volteando a ver al chico.-
— ¿Que sucede, tengo algo en la cara? -Dijo Alex tomándome por sorpresa y negué repetidas veces con la cabeza.-
— Ah, no, no..Para nada.-Nuevamente sentía el ambiente tenso, suspiré y me encogí de hombros mirando por la ventana, una mano realmente fría tocó mi hombro provocandome un escalofrío.-
— Gracias por el lápiz, te lo regreso. -Alex sonrió entregándome el lápiz, sonreír y asentí sintiendo una fría mirada en nosotros dos..Mire por el rabillo de mi ojo y esperadamente era Sebastian.
-Lentamente los demás estudiantes fueron llegando, llenando nuevamente el aula, Sebastian volvió a hablar y hablar sobre su respectivo tema y mi mente seguía en otro lado mientras miraba por la ventana y otras veces poniéndose en blanco y así sucesivamente hasta que las horas fueron pasando.-
-El timbre volvió a sonar indicando que ahora sí, podíamos ser libres, los demás alumnos fueron levantandose y yéndose despidiéndose de Sebastian, fue entonces dónde tome mi mochila y me acerque a su escritorio tendiendole la mano.-
— ¿Qué sucede? -Pregunto inocentemente Sebastian a lo cual fruncí el ceño.-
— No te hagas, sabes perfectamente lo que sucede. -El miro mis ojos antes de arquear su ceja y echarse para atrás, recargandose en su asiento. - Quiero mi celular.
— Ves..No era tan fácil decirlo. -Dijo abriendo el cajón, saco mi preciado celular y me lo extendió, pero cuando lo quise tomar lo metió a su bolsillo.-
— ¿Que carajo?.. ¡Dame mi maldito teléfono!
— Que mal genio..¿Podrías ser más delicada? -Trague saliva mirándolo fijamente, quería darle una abofetada pero no iba a parecer desesperada ni mucho menos débil.-
— Dámelo..Por favor.. -Murmuro en voz baja agachando la mirada ganándome una risita por su parte.- No le veo la gracia.
— Te lo devolveré pero..Contestame una pregunta. -Susurro acercándose a mi, recargandose sobre su escritorio acortando la distancia entre ambos.- ¿Qué hacías en vez de prestar atención a mi clase?
— Cosas, obvio. -El arqueo una ceja ante mi respuesta, rodee los ojos y me crucé de brazos.- ¿Por qué te interesa tanto?
— Quizás porque estaba interrumpiendo mi clase.
— Bueno, tiene sentido.. -Suspire y eche mi cabeza para atrás, volví a verlo y arquee una ceja.- Mi mamá me mandó un mensaje.. -Mentí, Sebastian me miró y fruncío ligeramente el ceño.-
— Estás mintiendo.
— ¿Qué?, ¡Claro que no!, Te estoy diciendo la verdad.
— Te digo como se que mientes.. -Susurra con voz enronquecida, trague saliva y sintiendo su respiración caliente juntarse con la mía.- Tu nariz se vuelve larga cómo pinocho. -Dijo y se separó de mi, yo por mi cuenta fruncío el ceño.-
— Creeme que eso no dió risa, y mi nariz no se hace grande, idiota.
— Cuida tu lenguaje, te estás dirigiendo a tu sucesor.
— Ah..¿Y si no quiero qué?, ¿Me vas a dejar toda la tarde resolviendo ecuaciones? -Su mirada se posó en la mía nuevamente a lo cual provoco un escalofrío por mi espada.-
— No es muy mala idea.
— Joder, ya respondí tu pregunta dame mi teléfono.
— ¿Y si no quiero?, ¿Me vas a hacer berrinche hasta que te lo de?
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365 𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘳𝘵𝘦
RomanceKeyla, una estudiante de segundo año de universidad siendo pésima en matemáticas en especial el álgebra decide meterse a un curso para poder repasar temas y poder ser mejor en aquella materia, todo sería normal o al menos eso ella era lo que pensaba...