Capitulo 3

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- Eso no es de tu incumbencia. -Aprete más los puños aún con los brazos cruzados, odiaba saber que aún podía provocarme con sus palabras.

-Pov Sebastian-

- Sonreí al ver cómo aún podía hacerla enfadar aún con pequeñas palabras, arquee una ceja y luego me incline más en el escritorio.-

— Sabes que ahora yo soy tu profesor, ¿No es así, Zareth? -Dije con una sonrisa burlona, me tomé el tiempo de poder analizar su reacción y poder oír sus palabras frustradas ante este inesperado reencuentro. — Entonces, deberías ser más respetuosa cuando te dirijas a mi persona.

—  Me dan ganas de borrarte esa sonrisa con una abofetada, Sebastian. -Dijo la peli negra, alce ambas cejas en   respuesta y apreté la mandíbula, me quite los lentes sobando el puente de mi nariz.

— Sabes muy bien que puedo llevarte a detención por eso, Keyla y como te había comentado anteriormente, para ti, soy el profesor Cedric. -Repetí, mire como su ceño se fruncia nuevamente lo que me hizo soltar una ligera risa.

-Un silencio incómodo se hizo después de mis palabras, carraspeó la garganta antes volver a tomarme el tiempo de mirarla de pies a cabeza.

Despues de tanto tiempo, la tenía enfrente de mi, aún se sentía la tensión Palpable en el aire entre nosotros pero las ganas de tomarla contra la pared eran mayores, sabía que no habíamos terminado lo suficientemente bien para que Keyla me vuelva a perdonar de solo una vez, se que me tomaría bastante tiempo para volver a ganarme su confianza, quizás en lo que duren las lecciones vuelva a tenerla conmigo.

— No quiero que haya incomodidad entre nosotros dos, ni mucho menos rencor u odio. — Sentí su mirada  nuevamente en mi a lo cual yo le regale una pequeña sonrisa.

— No creas que voy a volver a caer en tus estúpidos encantos de hombre. -Dijo haciéndome fruncir el ceño, sigue siendo la misma de antes, eso me emociona, igual de terca y con barreras.

— Solo lo digo para que no hayan tensión entre nosotros.

-Pov Keyla-

Claro, el quería que no me sintiera incomoda o le tuviera rencor después de lo que pasó, aún que aún lo seguía amando primero iba mi orgullo,  me Cruze de piernas mientras me relamia los labios, sentí como su mirada bajo lentamente hacia ellos provocandome
un escalofrío por la espalda.

— ¿Que tanto mira, Profesor Cedric? -Le hize la misma pregunta que me había hecho antes, Sonreí y arquee una ceja burlonamente.

— Nada, nada que te interese, Señorita Zareth.  -Dijo apartando su mirada de mi, carraspeó la garganta nuevamente volviendose a colocar sus lentes, rodee los ojos y luego ladee la cabeza.

— Por dios, no actúes inocentemente, tu y yo sabemos lo que está pasando en este momento.  -Me volvió a mirar.

— ¿Ah, si?, ¿Y que está pasando en estos momentos según tú, Zareth? -Finjo pensar antes de hablar.

— No lo se, quizás me quieres besar. -Escuche cómo el soltó una pequeña risa burlona.

— ¿Besarte? Ah, dios..¿Y que si quisiera? -Sin duda alguna su pregunta me tomo por sorpresa, trague saliva con nervios apartando mi mirada de el, sentí como mi cara ardía era obvio que estaba sonrojada, de tantas cosas que me pude imaginar que me contestaría nunca pensé esa respuesta, me acomode en mi butaca volviendolo a mirar pero no de la misma forma, parecía como si todo el desafío que le estaba poniendo se había esfumado.

—¿Por qué te sonrojas?, ¿Te puse nerviosa? -Me pregunto con una sonrisa notoriamente burlona.

— No entiendo porque sigues siendo tan atrevido después de todo lo que sucedió. -Respondí cubriendome el rostro, hundiéndola en mis manos.

— Es que..Keyla yo-

Alguien por fin había llegado al salón, haciendo se Sebastian deje de hablar, carraspeó la garganta y apartó su mirada de mi antes de ver su reloj, ya eran las 7:10, iban a llegar más personas así que era mejor que acabaramos esa charla, yo suspire y también aparte mi mirada de el peli azabache tratando que no fuera tan notorio lo que estaba sucediendo entre nosotros en esos momentos.

Minutos después el aula estaba casi lleno de personas obviamente para comer lecciones, Sebastian se levantó de su asiento antes de darle una vuelta a su escritorio y ponerse enfrente de todas esas personas, se recargo en el escritorio cruzando sus brazos en su pecho.

— Muy bien, Buenos días a todos yo seré su profesor de Álgebra en este año, espero que haya conducta y sobre todo respeto entre todos. -Dijo mirando a todo el salón, volteo a mirarme a mi y apartó su mirada rápidamente antes de continuar con su discurso.

— No voy a tolerar falta de respeto o indisciplina, cuando vea que ninguno de ustedes esté respetando MIS reglas lo llevaré a detención y pasará el receso conmigo, claro, obviamente pueden comer.-Me sorprendía como esque podía ser tan arrogante y exigente, era literalmente otra persona en clases que a solas, mire como se dirigía al Pizarron empezando a escribir las reglas, si, más reglas para el aula, Yaritza tenía razón, Sebastian era demasiado gruñón, tome una bocanada de aire antes de suspirar para luego mirar la espalda de Sebastian, observaba cómo escribía en el pizarrón, poniendo su nombre completo y como no, la fecha de hoy, no estaba dando la espalda aún escribiendo sobre

— Bien, iniciaremos con algo sencillo, algo que deseguro todos hemos visto en la escuela. -En el Pizarron ya habían ecuaciones, solo esperaba que no me pasará a resolverlas a mi. — ¿Alguien quiere pasar a resolver esta simple ecuación?

Sebastian miraba por todo el salón, queriendo cazar a uno de los estudiantes y hacerlo pasar a enfrente,su mirada se posó en mi haciendo que mire a otro lugar, no quería pasar y ser vista por varias personas, lloraría si hiciera el ejercicio mal y todos se burlaran de mi, era mi mayor miedo.

— Veo que nadie quiere participar, no sean tímidos. -Su voz ronca resonó por el aula, lo suficiente para que a alguien se le erize la piel y se ponga nervioso.

Mire de reojo a Sebastian el cual aún permanecía de pie observando cómo aguila a las personas, fue entonces en donde un chico de mi lado derecho se levantó y se dirigió a el, Sebastian le otorgó el marcador y el chico lo tomo, empezó a resolver la ecuación sin problema.

— Correcto, esa era la respuesta..¿Mmh?

— Alex, Alex Fernández. -Respondío el chico, lo mire detalladamente, de pies a cabeza.

— Perfecto, buen trabajo Alex, puede sentarse. -El peli rojo asintio, lo observé sentarse a mi lado y como volteo a verme, aparte mi mirada rápidamente de el mirando por la ventana, podía ver el sol ya asomarse más haciendo que suelte un suspiro.

— ¿Algún otro candidato que quiera pasar a resolver el otro ejercicio? -Pregunto Sebastian aún sosteniendo el marcador en sus grandes manos, lo mire está vez sin apartar la mirada. — Usted, señorita Zareth, venga y resuelva el ejercicio.






 — Usted, señorita Zareth, venga y resuelva el ejercicio

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365 𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘳𝘵𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora