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Llevaba horas en aquel oscuro cuarto.

La falta de iluminación le impedía ver mucho más allá de su propio cuerpo con claridad, las figuras de los muebles que llenaban aquel espacio eran apenas distinguibles a sus ojos. Lo único que sabía era que el sitio era considerablemente pequeño, que tenía una puerta en la pared a su derecha más al fondo y otra en la pared izquierda, y que al fondo en la pared opuesta había lo que parecía ser una cama. No podía distinguir nada más a su alrededor. Aunque su pobre sentido de visión también podía deberse a la droga que habían usado para que perdiera el conocimiento y poder llevarlo hasta allá, más que a la escasa iluminación del sitio.

No recordaba qué había sucedido entre que salió de la reunión con ONU y despertó en ese oscuro lugar. Estaba seguro de que no habría sucedido al exterior del auditorio, la seguridad del lugar no lo permitiría, e incluso si llegaban a fallar no habrían tardado tanto en rastrearlo. Tenía un trozo de recuerdos perdidos que le desesperaba no poder recuperar; quería respuestas. Quería saber qué tanto peligro corría su vida.

Mierda, ¿por qué el secuestrado siempre era él?

Los brazos habían comenzado a dolerle por la posición, tenía las manos atadas dentrás de la espalda, el nudo se entrelazaba a la manija de un mueble, podía suponer que se trataba de un tocador. Habría podido forcejear lo suficiente para tirar el cajón que lo mantenía preso y levantarse, de no ser porque los efectos de la maldita droga seguían haciendo algo de efecto en su cuerpo. Casi no tenía control de sus extremidades, el más mínimo movimiento consumía demasiada de su poca energía. Se sentía pesado, débil, como cuando llevas demasiado tiempo sin comer y con apenas moverte comienzas a marearte. Temía que pudiera volver a desmayarse.

Le había tomado demasiado tiempo que el mundo dejara de darle vueltas como para volver a ese estado por forcejear inútilmente.

Intentó gritar, pero la mordaza en su boca impedía al sonido llegar demasiado lejos. Y de cualquier forma, aquello tambíen nublaba su visión y lo dejaba en exceso mareado.

Todo lo que le había quedado era esperar.

Oscuridad, silencio e incertidumbre. Las manos atadas detrás de la espalda. Pronto las cicatrices de su cuerpo comenzaron a arder vehementemente, el recuerdo de cómo las había obtenido revivía de las cenizas para dañarlo una vez más. Y su miedo creciente ante la prolongada espera aceleraba su respiración.

¿Por qué él?




──¡Alguien, por favor, ayuda!...

Pese a que sabía que sus gritos no serían escuchados, la voluntad de luchar por su vida permanecía dentro de él. No había muerto antes y no moriría en ese lugar, o al menos, no sin haber luchado.

Cuando la guerra estalló, supo que la tranquilidad sería una vez más algo del pasado. Aún así, nunca se le ocurrió que algo tan horrible terminaría por sucederle a él. Siempre creyó que nada superaría la 'primera vez', pero claramente había sido muy ingenuo bajo ese pensamiento.

Sus captores eran en lo absoluto amables, nunca se habían caracterizado bajo ese rasgo. Siempre los había visto como personas hostiles, de mentes retorcidas que sabían disimular bajo un par de encantadoras ─aunque afiladas─ sonrisas. Nunca había caído en ese cuento y nunca había confiado en ellos, a sabiendas del origen que estos tenían y del linaje de sangre envenenada que corría en sus venas, sin embargo...

El más joven de ellos, la creciente potencia alemana, se doblegaba con facilidad ante la culpa. Aunque participara junto a URSS a la hora de torturarlo, Third Reich siempre volvía a bajar a ese oscuro y frío sótano minutos después, para tratar sus heridas y alimentarlo. Al principio creyó que era parte de un retorcido juego de cazadores y presas, que todo era una orden de URSS o de su propia mente para mantenerlo con vida, conservar su pequeño "juguete" y poder continuar con su diversión en otro momento. Por ello mismo rechazaba y despreciaba la ayuda, mordía la mano del alemán cuando este la acercaba con delicadeza para limpiar su sangre. Reich no desistía, y a él no le quedaba de otra que resignarse a aceptar los cuidados ajenos, muy a costa de su dignidad.

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2023 ⏰

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𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐬𝐢𝐨𝐧 || Finland [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora