Confesiones

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Estaba tan agradecido de haber ido a visitarlo a hurtadillas, nunca pensó que las cosas se sintieran tan familiares y bien, que podría compartir, aunque sea un poco de espacio en la camilla de Stolas, sus plumas olían al suero y a medicamentos, se abrazó un poco más a su pecho con mucho cuidado de no apretarlo para no causarle más dolor, cuando sintió unas manos cubriéndole los labios y sujetándole, brazos y piernas.

—Guarda silencio y no hagas escándalo, para que no despiertes al príncipe, no querrás que se entere que, el desgraciado que no quiso rescatarlo del peligro vino aquí sin vergüenza alguna a además obligarlo a dormir de forma incomoda—

Él IMP de todas formas batallaba por liberarse, mientras era trasladado a otra parte sujetado, por guardias de seguridad del tipo Hellhound, cuando fue lanzado con agresividad al suelo fuera del hospital.

—Por órdenes de su majestad Paimon, no puede haber ningún IMP en las cercanías del príncipe, específicamente uno llamado BLITZO—

—La "O" ES MUDA ANIMAL IMBECIL!!! — gritó con rabia el IMP, ya sabía de todos modos que algo así sucedería, y no podía volver para causar más problemas a Stolas, al menos, no después de todo lo que escucho, quería reclamar el hecho de que se va a casar, con otro ave más imbécil que su ex mujer, pero eso significaba que debía asumir sus propios sentimientos por el demonio aviar, y eso era algo para lo que aún no se sentía lo suficientemente preparado, de todas formas ya tenía en mente su plan B, el cual era seguir el trato del libro cada noche de luna llena, a pesar de que este casado, después de todo, un contrato estúpido y vacío aristócrata nunca fue impedimento para sellar su estúpido e insaciable agujero de búho, sacudió sus ropas, y corrió a subirse a la camioneta, en dirección a su oficina.

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Otro amanecer llegaba en el infierno, era su segundo día en el hospital, su hija estaba durmiendo demasiado cómoda a su lado, una enfermera había traído más mantas y los había cubierto a ambos, el búho suspiró estirando su garra para acariciar los mechones de cabello que caían desde el flequillo de su pequeña —Ojalá siempre pueda protegerte de todo mal, mi pequeña Via— pensó mientras la acariciaba, la cual, se removió un poco al lado de su padre y abrió pesadamente los ojos

—Papá? ¿Cómo te sientes? Perdón me quede dormida aquí... ¿no estabas incomodo? —

El búho negó con la cabeza — No te preocupes...todo está bien— De pronto una enfermera ingresa con el desayuno para ambos, y acerca la mesa plegable sobre la cama del príncipe

—Si me permite, príncipe, le recomiendo que desayune antes de que vengan las demás a administrarle los medicamentos, es mejor así, o de lo contrario, podrían hacerle mal al estómago— Antes de terminar sus consejos, observo a la adolescente al lado del príncipe— Princesa ¿no debería estar durmiendo en el palacio y en su propia cama?, le recuerdo que su padre se encuentra convaleciente y que necesita descansar, así que, por favor, desayune y luego se va a su cama, como corresponde, por otro lado, su alteza, si necesita algo, solo debe apretar el botón y tendrá una docena de enfermeras para su disposición— Luego de esto, la mujer abandonó a la habitación, dejándolos en privacidad nuevamente.

Octavia miro a su padre, el cual asintió —No te preocupes querida, yo estaré bien, además debes practicar, al menos las primeras 10 páginas de mi grimorio, lo que acordamos, ¿está bien? —

—Está bien papá, trataré, pero ¿y si no se hacer algo? ¿Y si sale mal? — miraba a su padre con algo de duda y temor en su rostro

—En ese caso, entonces hagamos lo siguiente, primero, desayunemos, y luego practicaremos un portal de transportación, para que puedas venir a verme, o para que nos mantengamos conectados a la distancia, y así practicamos juntos — dijo tocando con suavidad el pico de su pequeña, dándole una sonrisa reconfortante. La adolescente sonrió en aprobación a lo que había dicho su padre y comenzó a comer, ya más tranquila

LovelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora