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...no puedo rechazar la forma en que toma mi mano...
Lisa tuvo que tomar aire cuando Jennie soltó su cabello, tosiendo apenas, saliva escurriendo por sus labios, y levantó la vista.
La alfa tenía el rostro algo ruborizado, con sus pupilas dilatadas, emitiendo feromonas de excitación que la estaban haciendo lubricar. Lisa notó enseguida lo húmeda que estaba, la forma en que estaba hacía su clitoris palpitar, pero trató de concentrarse en el enorme miembro frente a ella.
Sacó su lengua, agarrando la polla de Jennie de su base, golpeando el glande repetidas veces contra ella antes de envolver sus labios alrededor, sintiendo la mano de la castaña en su cabello para volver a dirigir las estocadas.
―A-así, bebé... ―susurró Jennie con la voz ronca―, eres tan buena...
Gimoteó cuando el glande golpeó su garganta, forzándose a calmar su respiración y sintiéndose más excitada por lo llena que estaba su boca. Si había algo que le gustaba era chuparle el pene a Jennie porque su miembro era grande, largo y venoso, pesado en su lengua. Mamárselo era tan bueno como cuando la follaba.
Kim tensó sus piernas y Lisa supo que iba a correrse pronto así que apresuró el movimiento de su cabeza, subiendo y bajando mientras su mano le ayudaba. Iba a separarse para recibir la corrida en su rostro, pero Jennie gruñó una advertencia.
Lisa relajó su mandíbula, entendiendo lo que quería, jadeando cuando el nudo de Jennie comenzó a hincharse entre sus labios. Si había algo que le gustaba a la surcoreana, aparte de anudar en su coño, era anudar en su boca. Siempre decía lo mucho que le gustaba ver sus mejillas hinchadas por su nudo, casi como si fuera una ardilla con su boca llena de nueces.
Sus ojos estaban llorosos cuando chocó con la mirada oscurecida de la mayor, sintiendo el dolor en su boca por el nudo, y el semen desbordaba de sus labios por la cantidad que no podía tragar. Su interior se contrajo en el vacío, ansiosa por tener el nudo allí.
Diez minutos después pudo alejarse respirando a bocanadas, lloriqueando cuando Jennie acarició su mejilla sucia.
―Lo hiciste bien ―alabó la alfa―, te portaste bien, Lili.
―¿Me darás una nueva tarjeta de crédito, mami? ―preguntó Lisa con la voz temblorosa debido al tiempo que estuvo con la polla de Jen metida en su boca.
―Mmm... ―Jennie se extendió para agarrar un pañuelo y así limpiarse. Una vez estuvo lista, guardó su pene en sus pantalones con expresión perezosa―, no sé, sigues sin merecerlo.
―Mami... ―Lisa se sentó en sus talones, poniendo ojos llorosos―, por favor...
Jennie le hizo un gesto para que se pusiera de pie y Lisa salió de debajo del escritorio, inclinándose y recibiendo el beso posesivo de Jennie, estremeciéndose cuando la mayor la agarró de la barbilla al alejarse.
