Les recuerdo que la temática es mafia, por lo tanto, Jennie y, en menor medida Lisa, tendrán comportamientos y actitudes cuestionables respecto a las drogas, la trata, la tortura y los asesinatos, para que sean conscientes de esto.
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... Ella me ama con cada latido de su cocainómano corazón...
Jennie estuvo muy sobreprotectora los días siguientes, pero Lisa no iba a quejarse por eso. Le gustaba tener la atención de la alfa en ella.
―Mmm... mami...
La mayor besó su cuello mientras anudaba en su interior, enviándole escalofríos por todo su cuerpo. Lisa adoraba la forma en la que reaccionaba ante el toque delicado de la alfa.
Sabiendo que Jennie anudaba por lo menos diez minutos, estiró su mano para agarrar el móvil sobre el velador. Escuchó el gruñido de queja de la de cabello castaño, pero la ignoró por completo, y vio la hora. Las nueve de la mañana.
―De-deberías ir a trabajar ―le susurró, sintiendo más besos en su cuello―, es viernes...
―Primero, quiero llenarte ―replicó Jennie, amasándole las nalgas―. Por Dios, hueles tan bien, mi niña.
El apodo le hizo reír. Jennie parecía una experta en encontrarle los apodos perfectos, como si ellas fueran pareja y pudieran ser felices. A Lisa le gustaba soñar que podía ser así.
―Mami ―le dijo, llamando su atención―, ¿puedo salir hoy? Me he aburrido mucho estos días.
―No ―la respuesta de Jennie fue categórica―, no quiero que nada malo te pase. Me deshice de Yong, pero podría ocurrir cualquier otra cosa. Prefiero saber que estás bien.
―Pero me aburro... ―se quejó Lisa―. Por favor, por favor, puedo ir con Sooyoung y otros guardias.
―Lisa... ―Jennie suspiró, retirándose de su vagina al notar que el nudo bajó―. ¿Qué es tan importante como para que quieras salir? Si quieres alguna ropa o joyas, puedo decirle a Jisoo que vaya a comprarlas.
La chica se enderezó en la cama, sintiendo el pegajoso semen corriendo por el interior de sus muslos. Poco le importó, sabiendo que a Jennie también le daba lo mismo la escena.
Lisa puso esos ojos de súplica, con los que podía convencer a Jennie de muchas cosas.
—Quiero ir al club —dijo a modo de explicación, y vio enseguida que vendría la negativa—. ¡No voy a bailar, te lo prometo! Quiero ir a ver a Jackson, ¡hace mucho que no lo veo! Por favor, Jennie...
—Es muy peligroso —replicó la alfa, impasible—. Si algo te llegara a pasar, Lili, no me lo perdonaría jamás.
—Pero Jennie... —suplicó, su voz temblorosa—, por favor, te lo ruego. El club tiene guardias también, y puedes enviarme con todo un séquito detrás. Y... y te daré lo que quieras, ¡lo que tú me pidas! Pero me aburro tanto aquí...
