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Harua vino a mi casa este sábado y desde por la mañana nos pusimos a ver la segunda temporada de Sweet Home.

Afuera el clima la verdad estaba jodido. Hacía frío y encima llovía, así que estábamos todo acurrucados. Por ello fue que, por la comodidad y también los efectos secundarios del medicamento que estoy tomando para aliviar el dolor en mi pierna, caí rendida en algún momento.

Realmente no soñé con nada, así que eso significa que descansé bien.

En algún momento de la noche, mi novio me despertó.

Mi novio... Qué lindo.

Mi mamá ya había preparado la cena, y también la tina para que tomase un baño.

Incluso Shigeta llevaba otra ropa. No sé en momento estuve tan inconsciente que él fue a su casa y yo ni siquiera lo sentí moverse en la cama.








Sólo bastaron un par de pucheritos para que Haru aceptara quedarse a dormir conmigo.

Ya me había pasado todo el día con él pero, ¿a mí qué?

Yo quería dormir acurrucada con él. Me genera tanta tranquilidad que duermo como bebé. Además él se vuelve un conejito de peluche abrazador y yo amo que me apachurre entre sus brazos así.

Chillé feliz cuando luego de meterse bajo el edredón junto a mí me acercó a su cuerpo, dejándome descansar la cabeza en su pecho.

Puedo que él no tenga unos pectorales de dioses y una jodida tabla para lavar en el abdomen, pero así me encanta mi flacucho. Aunque su espalda y sus muslos sí son definidos y me vuelven loca.

Acarició mi espalda por debajo de mi hoddie, y me besó en la frente.

── Iroha ──

── ¿Uhm? ──emití aquel sonidito, mientras él acomodaba mi pierna lastimada sobre sus muslos.

Cómo ví que aún no volvía a hablar, me apoyé en su pecho para poder mirarlo a la cara.

Él me acarició el muslo y levantó la cabeza para robarme un besito de piquito. Yo sonreí.

── ¿Qué pasa? ──le pregunté, y cuando me acercó más a su cuerpo, de una forma un poco posesiva se me escapó un sonidito, que me hizo esconder mi cabeza en su pecho, y él se rió demasiado orgulloso.

Lo odio.

Palmeé cerca de su corazón y me moví como si fuese un gusanito con epilepsia encima suyo, mientras me quejaba avergonzada.

Él se echó a reír y nos dio la vuelta con cuidado de no lastimarme.

── Te amo, bebé ──confesó, perdido en mi mirada.

La sinceridad se filtró a través de sus bonitos orbes café. Yo le sonreí.

── También te amo, Rua ──











Con el paso de las semanas fui mejorando, al punto favorable de poder caminar sin tener que apoyarme de nada, ni nadie. La lesión había disminuido y sólo dolía si caminaba mucho o se permanecía demasiado de pie. Aunque los médicos me recomendaron dar al menos una caminata por el barrio cada día para ir preparando mis músculos, así estos no quedarían rígidos tras mi completa recuperación.

Por otro lado. Aprobé todos mis exámenes, por lo que oficialmente estaba ya en el siguiente año de mi carrera y podía disfrutar de los dos meses de vacaciones que nos daban a las estudiantes.

Harua también estaba descansando de la escuela, aunque eso no quitaba que estuviese preparándose para tomar los exámenes de admisión a la universidad, al haberse graduado con broche de oro en la preparatoria.

良い Yoi [Harua- &Team]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora