En una aldea alejada de la mayor parte de la población humana, corría un rumor. Un rumor que durante años había sido tema de conversación entre los mayores, que luego se extendió como el fuego a los más jóvenes e incluso a otras aldeas y pueblos: un niño al que sólo la gente dotado con el don de ver lo invisible podía ver.
Los que afirmaron haberse encontrado ese niño tan misterioso han dicho que tiene mariposas doradas revoloteando a su alrededor y ojos bicolores, viéndolo la mayoría de las veces cerca del bosque. Por esta razón, los aldeanos creían que existía una alta probabilidad de que ese niño viviera en la antigua casa cerca del bosque.
Sin embargo, nadie se atrevió a acercarse a aquella casa para poder descubrir la verdad, ya que allí vivía una anciana. Además, algunos aldeanos ya le habían preguntado sobre el misterioso niño. Ella lo negó todo, diciendo que había estado viviendo sola después de que su hija falleciera y que un niño así no podía existir.
Ninguno de los aldeanos que podían ver lo invisible le creyó a la anciana, creyendo con certeza que estaba protegiendo al niño. Estos rumores más tarde llegaron a oídos de Ryomen Sukuna, la maldición que quería consumir esa vida.
Llevaba años buscando al niño sin querer darse por vencido en recuperar su verdadera forma, viajando a diferentes aldeas y pueblos sin tener suerte. Ya estaba muy cansado de viajar e incluso cabreado más allá de las palabras por no encontrar ni una simple pista sobre el paradero del hijo de la Mariposa Negra.
Pero después de llegar a esta aldea, escuchó claramente a algunos de los aldeanos hablar sobre la desgracia causada por un niño misterioso que casi nadie podía ver, causando que la aldea cayera en una maldición sin fin. Aunque era un misterio si esos rumores eran ciertos o no.
Sin embargo, Sukuna no pudo ignorarlo, incapaz de evitar que una vil sonrisa se formara en sus labios ante el pensamiento del niño finalmente cayendo en sus manos, pensando que tal vez esta vez su mala suerte finalmente había llegado a su fin.
Por eso, al no poder esperar, empezó a buscar por todo la aldea. Desafortunadamente, no pudo encontrar nada, ni siquiera un solo rastro que pudiera conducir al misterioso niño en el que la gente creía. Sin saber qué más hacer y aún negándose a darse por vencido, decidió quedarse en el bosque que se encuentra en las afueras del pueblo por el momento.
El bosque que los aldeanos llamaban "Maldito" era un lugar donde sólo vivían criaturas invisibles, misteriosas y grotescas. Los árboles que se suponía que estaban adornados con hojas doradas y escarlatas estaban vacíos de follaje, asemejándose a los árboles de un día de invierno. Sin embargo, la diferencia era que los árboles permanecían iguales todos los días, los árboles nunca cambiaban incluso cuando cambiaban las estaciones.
La primera vez que Sukuna entró en el bosque, sintió el cambio en el aire y miles de ojos observándolo como buitres. Con cada paso que daba, los ojos lo seguían a todas partes, hasta que su aura maligna comenzó a derramarse sin cesar, haciendo que las criaturas se dispersaran en la noche tan oscura.
Y poco después de ese día, las criaturas del bosque supieron que él era una maldición al igual que ellos, por lo que ya no le prestaron atención. Pero esa noche algo cambió, las mariposas rojas después de mucho tiempo aparecieron una vez más, hablando un idioma que él solo podía entender.
Las mariposas rojas que desaparecieron después de consumir al segundo hijo de la Mariposa Negra finalmente decidieron aparecer, haciendo creer a Sukuna que el niño efectivamente vivía en algún lugar de la aldea.
"Es exactamente lo que estás pensando", las mariposas rojas leyeron su mente, revoloteando a su alrededor. "El niño de lo invisible vive en algún lugar de esta aldea. Desde que llegaste, he sentido la presencia del niño flotando en el aire".
ESTÁS LEYENDO
Child Of The Unseen| Gofushi
FanfictionHace miles de años, la Mariposa Roja, Ryomen Sukuna, fue exiliado del Reino de las Mariposas por su pecado de avaricia, perdiendo su verdadera forma y convirtiéndose en una maldición. Para poder recuperar lo que perdió, empezó a secuestrar niños, bu...