Satoru le tendió la mano a Megumi para que la tomara, completamente preparado para concederle el sueño eterno que Suguru deseaba. Ninguno de los dos quería que la Mariposa Azul muriera, pero no había otra forma de salvarlo de las garras de la bestia invisible.
Megumi no dudó más y tomó la mano de la Mariposa Blanca. "Hay una última cosa que quería decirte antes de que enfrentes tu muerte, Mariposa Azul".
"¿Y qué podría ser?", preguntó Suguru, sin tener la menor idea de lo que su hermano quería decirle.
"Aunque nunca podré perdonarte por las cosas crueles que has hecho, entiendo por qué tomaste ese curso de acciones. Es por eso que espero que tus pecados sean perdonados para que puedas entrar en el círculo del renacimiento y renacer en este mundo nuevamente. Y espero que en esa nueva vida, puedas vivir una vida normal y pacífica".
Suguru sonrió amargamente. "Hubiera sido mejor si me odiaras, Megumi. Saber que entiendes mi forma de actuar y que quieres que renazca cuando ni siquiera lo merezco, solo me hace sentir más miserable. No sería una sorpresa si soy castigado una vez que muera, siendo quemado en miles de llamas".
Megumi no podía decir con certeza si odiaba a su hermano o no. Tal vez si Suguru hubiera matado a Tsumiki podría haber sido una historia diferente, pero eso no sucedió. Así que en el fondo de su corazón, solo quiere lo mejor para él. Incluso si eso significara en otra vida.
Lo menos que Megumi quiere es que su hermano mayor sufra. Y él no es el único, Satoru desea lo mismo. Tener a alguien por quien te preocupas tanto es algo que no se puede evitar.
"No eres tú quien elige si mereces renacer o no", mencionó Satoru, queriendo que su amigo dejara de decir esas cosas.
Sukuna está muerto y pronto la bestia invisible perecerá, así que no había nada de lo que Suguru debiera preocuparse o incluso culparse a sí mismo si renace como un hijo de lo invisible nuevamente en su próxima vida. Además, era inútil seguir sintiéndose culpable por las cosas crueles que le hizo a Megumi y Toji, de todos modos nada va a cambiar.
"Quizás tengas razón, Satoru. Aún así, la culpa por lo que hice nunca dejará de atormentarme. Así que una vez más, repetiré esto: lo siento. Lamento haber tomado un camino equivocado, en lugar de buscar la salvación", la Mariposa Azul acortó la distancia entre ellos, diciendo sus últimas palabras. "Si realmente renazco en este mundo otra vez, no importa si nazco como humano, como hijo de lo invisible, o incluso como otro tipo de vida; espero poder conocerlos a ambos, ya que al final me di cuenta de lo mucho que significan para mí. Especialmente tú, mi querido hermano. Puedo decir con seguridad que los amo", tomó la mano libre de Megumi y la puso sobre su pecho. "Pero es hora de que me despida".
Una luz dorada se emitió de la mano de Megumi, sus mariposas doradas brillaron al mismo tiempo con un color similar. Su maestro no fue quien les dio la orden, tomaron la decisión por su propia voluntad después de escuchar las palabras finales de la Mariposa Azul.
Las mariposas blancas también brillaron, tratando de ayudar a su maestro y a Megumi a purificar la oscuridad dentro de Suguru. Aunque Satoru no tiene el mismo poder que posee la Mariposa Dorada, pudo darle algo de su fuerza para resistir por mucho más tiempo.
Inmediatamente unas cuantas mariposas doradas murieron, cayendo al suelo para luego desaparecer unos segundos después. La sangre comenzó a salir por la nariz de Megumi, y el cansancio comenzó a apoderarse de su cuerpo. Sin embargo, eso no le impidió continuar, confiando en que tenía la fuerza necesaria para resistir la oscuridad de la bestia invisible. Además, Satoru nunca soltó su mano, lo que le dio aún más confianza en ganar.
Tratando de no desaparecer simplemente de las manos de un niño y negándose a darse por vencido en tomar la mente y el cuerpo de la Mariposa Azul, la bestia trató de contraatacar. Algunas de las mariposas azules comenzaron a cambiar a un color negro, mientras que la oscuridad en su interior colisionó con la luz dorada. Pero nada de esto fue suficiente para extinguir la luz de la esperanza, perdiendo la batalla al final.
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Child Of The Unseen| Gofushi
أدب الهواةHace miles de años, la Mariposa Roja, Ryomen Sukuna, fue exiliado del Reino de las Mariposas por su pecado de avaricia, perdiendo su verdadera forma y convirtiéndose en una maldición. Para poder recuperar lo que perdió, empezó a secuestrar niños, bu...