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Solo le llevo a la menor procesar uno minutos tal infame escena a su parecer, su querida hermana mayor estaba dormida en los brazos de ese hombre como si fuera una mujer cualquiera casi al mismo nivel de las odiosas mujeres del harem del dios Apolo.
Pero ella no permitiría que el nombre de su hermana fuera manchado.
Tomando todo su valor —el poco que tenía. —, se dispuso hacerle frente a ese hombre quién le prestaba más atención a su hermana que a su misma presencia en la habitación.
— ¡¿Cómo se atreve a tocar a mi hermana mayor de esa forma?! —exclamo llena de cólera; haciendo que la mirada de Qin Shi Huang fuera posada en ella.
— ¡Mi hermana es una dama! ¡No debería de porque estar con un viejo cochino como usted! —lo señaló de manera acusatoria perdiendo todo el respeto hacia él.
— Pequeña valkyrie eres muy valiente del venir aquí e insultarme de tal forma —acaricio con delicadeza el cabello blanco de su hermana—. Te cortaría la lengua por tal osadía.
Geir bajo rápidamente la mirada sintiendo una fría gota de sudor resbalarse a un costado de su cabeza.
— Pero.. —el azabache vaciló un momento pensativo. —Si te daño mi luna se enojaría conmigo, y yo no quiero eso.
— Q-qin —susurro la de cabellos albinos despertando en sus brazos.
— Mi hermosa luna que bueno que despiertas hay una pequeña gritona que desea tu presencia.
La última hermana soltó un jadeó ofendida ante el apodo de ese tipo.
⚜
— Eso fue muy imprudente de tu parte Geir —la reprendió ligeramente, mientras ambas hermanas caminaban por uno de los tantos y extensos pasillos del Valhalla.
— Solo quería protegerte —murmullo la menor sintiendo como sus ojos se ponían acuosos. —H-he p-perdido ya a dos h-hermanas no quiero perderte, no lo resistiría —las lágrimas resbalaron por su mejillas en un llanto silencioso— N-no soy tan fuerte como tú o Brunhilde, h-hermana.
Se quedó en silencio cuando Galena la rodeó en brazos dándole consuelo, aunque por dentro estaba igual de destruida.
— Lo sé yo también las extraño pero murieron cumpliendo su deber como valkyrias, como tú o yo sabemos que cualquiera de las dos puede morir en la batallas que se aproximan —se separó para sonreír suavemente. —Si te hace sentir mejor te prometo no morir para así estar las dos juntas hasta el final.
Brunhilde que se encontraba escondida trás una pared no pudo evitar sentir una punzada en su pecho ante las palabras de su hermana menor.
Sintiéndose culpable de todo lo que estaba ocurriendo; después de todo cuando inicio el ragnarok su objetivo además de priorizar la supervivencia de la humanidad era otro uno más íntimo por no decir cliché.
Salvar a Siegfried.
Su amante quien se encontraba cautivo en el tártaro, su amor por el era infinito tanto así que sacrificaría cualquier cosa por él.
Se sentía culpable por no decirle a sus hermanas sus otras intenciones, y aún más al imaginar la decepción en los ojos de Galena, su pequeña hermana que estuvo con ella las noches en que estuvo llorando por lo ocurrido con su amante.
Ella fue su soporte, y ahora la estaba enviando al matadero.
« Espero que algún día me perdones hermanita. »
Dijo la mayor en sus adentros antes de salir de su escondite, captando la atención de las menores.
— Chicas las estuve buscando por todas partes, la cuarta ronda está apunto de dar inicio. —hablo intentando sonar calmada.
