Capítulo 16: Una diosa

4 0 0
                                    

Capítulo 16: Una diosa

-Papá, necesito que me lleves a la fiesta de una amiga.

Daiki estaba con la boca abierto, no por la petición de su hija de quince años, por que ella no podía conducir y sabía de esa fiesta, lo que le impactó es el atuendo de su bebé, su niña, su princesa, estaba usando un vestido del armario de Taiga. Un maldito vestido rojo que ahora estaba ocupando su bebé.

- ¿De dónde demonios sacaste ese vestido? -preguntó tratando de cerrar la boca.

-Del mueble de mamá...

- ¡No vas a ir así!

- ¡¿Por qué no?!

-Pues por que no y listo, ve a cambiarte -dijo molesto.

- ¡Pero mamá dijo que podía usar este vestido!

-Megumi, si quieres ir a esa fiesta no lo harás con ese vestido.

- ¡Te odio! -gritó la adolescente metiéndose a su habitación y cerrando la puerta de golpe.

- ¿Quiero saber qué es lo que está pasando? -preguntó Taiga que había quedado en la entrada de la casa con las bolsas de las compras y los mellizos a cada lado.

-Tu hija quiere ir con tu vestido rojo a la fiesta que tiene esta noche.

-Ah, es cierto -dijo Taiga recordando y caminando a la cocina a dejar las bolsas-. Yo le dije que podía sacarlo.

-Pero parecerá una...

- ¿Una qué? -preguntó Taiga mirándolo desde la puerta de la cocina con un cuchillo en mano- Vamos, bastardo, termina lo que ibas a decir.

-Mi amor -dijo rascándose la nuca -, tu pareces una diosa bajada del olimpo con ese vestido -dijo tratando de corregir su error.

-Entonces, MI hija, que es una copia de mí, también es una diosa ¿verdad?

Daiki estaba entre la espada y la pared.

-Pero no te preocupes, mi amor, yo misma llevaré a MI hija a esa fiesta e iré por ella, total ¿Qué malo puede pasarme entre un grupo de adolescentes?

-¡NO! -dijo celoso y posesivo -Yo ya había dicho que la llevaría -dijo tomando las llaves de la mesa - ¡Megumi, vamos o llegaras tarde!

La chica salió casi riendo de la habitación y viendo como su madre le giñaba un ojo.

Cuando quedaron solos Taiga volteo a ver sus tres hijos.

-Y es por eso que yo mando en esta casa -dijo haciendo una inclinación exagerada mientras su hijo mayor se reía en la sala y sus bebés no entendían nada. 

Calendario de adviento genderbent AokagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora