Resumen: Felix es un omega con una condición particular, Chan enloquece cuando se vuelve consciente de ello, y se obsesiona con la idea de marcarlo de una u otra forma al omega...
Hasta que lo consigue.
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Chan es un alfa afortunado.
Porque antes siempre pensó que había algo mal en él, hasta que apareció Felix como caído del cielo mismo para demostrarle lo equivocado que estaba.
Y con el tiempo Chan pudo aceptarlo.
Él se merecía ser feliz, tener el trabajo que tenía, amigos que lo aman.
Pero a veces todo eso era una información que su cerebro alfa rechazaba.
Hasta que Felix se sentaba en sus muslos y le decía que no era así.
Que era perfecto.
Felix.
Claro, su hermoso novio, que, en esta navidad, la cuarta que pasaran juntos piensa proponerle, el anillo a buen resguardo en la casa de su hermana porque Felix es un peligro robándole su ropa y en cualquier momento podría encontrarlo.
Chan siempre lo supo desde el primer día que los presentaron, la primera vez que compartieron una mirada y se sonrieron.
La primera vez que salieron.
Desde el primer momento que Chan lo beso y Felix salto sobre él para prolongar el beso.
Era demasiado perfecto demasiado bueno.
En su momento estuvo muy nervioso porque nunca había salido con un omega tan hermoso como el que ahora se presenta a sí mismo como el novio de Chris entre sus amigos.
Toma orgulloso su mano, besa su mejilla, y lo perfuma cada vez que puede y en más de una oportunidad le roba su ropa.
La manera cariñosa en la que se para a su lado irradiando feromonas, que le nublan un poco la cabeza.
Quizá el precio sea este.
La primera vez que Chan pierde un poco la cabeza y lo muerde en la nuca en la bruma del placer, aun meciéndose, persiguiendo el delicioso placer residual de su orgasmo a pesar de que no tiene movilidad porque tiene su nudo enterrado en el agujero húmedo.
Solo cuando siente el estallido del olor se congela.
Horrorizado consigo mismo, pero qué ha hecho.
Mira la mordida de un rojo furioso, la sangre supurando porque dejó de lamer.
