Las puertas de al fin eran visibles después de tres días de viaje agotadores. Observo los guardias de la frontera y ellos me devuelven miradas extrañas y demasiado despectivas cuando mi carruaje se detiene. Asomo mi cabeza un poco fuera del carruaje y observo a mi alrededor, grandes puertas doradas parecidas a grades muros, guardias en pequeñas torres con alguna especie de arma que desconozco, y estos apuntan hacia todos lados, como si el arma observara por ellos. Uno de ellos se dirige hacia el jinete de mi carruaje y este le entrega un papel que el guardia examina. Auto seguido el guardia mira al de su lado y los dos me vuelve a mirar, miran el papel y luego al jinete. Le entrega el papel y con una señal escucho el rechinar de las puertas abriéndose mi carruaje volver a tomar camino. Luego de un tiempo pudo notar un pueblo y mientras más cerca está el carruaje más extraño se me hace el pueblo. Según muchos de mi reino, el reino Ghrian era el más grande y rico de la península, que su rey gozaba de grandes riquezas y comodidades, pero el pueblo no me dejaba ver eso. Todo era oscuro, siniestro. En las calles se encontraban personas medio deambulando vistiendo ropas demasiado desgastadas. Niños y adultos con las caras sucias, las calles sucias casi desiertas y muchos guardias armados. Mis cejas se juntaron por semejante vista, pero no puedo hacer nada, al menos no por ahora. El carruaje se abre paso por el camino hasta llegar a otras grandes puertas. No se cuanto tardo el viaje solo sé que mis pensamientos fueron interrumpidos por una nueva parada y unos nuevos guardias pidiendo el bendito papel. Vuelven al mismo chequeo y otro chirrido se esta vez las puertas son mas elegantes, pero al igual que el pueblo lucen desgastadas, mugrientas el dorado que alguna vez fue el color de estas estaba completamente opacado por el negro de la mugre. El carruaje da una vuelta y se detiene frente a dos filas de personas. Mi puerta se abre y puedo ver una mano, la tomo y me ayudan a bajar. Ya abajo puedo detallar bien a las personas y me doy cuenta de que son sirvientes, tanto hombres como mujeres visten un uniforme negro y dorado con pequeños soles en el cuello de su camisa. Suelto la mano que tenia sujetada y uno de los sirvientes comienza a tomar mi equipaje mientras que una de ellas me hace una señal con su cabeza para que la acompañe. Observo el castillo antes del comenzar a caminar y al igual que todo lo demás es sombrío y frio. Comienzo a caminar entre las dos filas y estos agachan su torso cuando paso por sus lados y eso me incomoda demasiado. Las grandes puertas del castillo son abiertas para mi y otro siguiendo a la sirvienta. El brillo de adentro hace que abra mis ojos como platos, porque al igual el famoso cuento de la rana que se vuelve príncipe, este castillo no es nada de lo que aparenta por fuera. Adentro todo esta demasiado brillante por el dorado que lo inunda, inmensas paredes blancas con cortinas y detalles dorados, lo que fui viendo mientras avanzaba por el pasillo, era majestuoso. Cuadros familiares y otro que eran pinturas que seguro eran demasiado costosas. El suelo era demasiado reluciente en y el habían tallados soles dorados. ¿Cómo se talla el mármol? La chica se detuvo frente a una puerta inmensa con soles tallados, este rey tenia mucha obsesión con ellos. Respire profundo, cerré mis ojos y deje pasar por mi cabeza las palabras de mi padre y el por que estaba aquí. Estaba aquí para cumplir mi deber como princesa, para ayudar a mi pueblo y para terminar con esta guerra. Sabia lo que me encontraría cuando abrieran esas puertas, un rey testarudo, viejo y amargado. El peor rey de la historia. Había dejado a mi pueblo devastados, a mi padre sin fuerzas y a muchas familias sin padre, hermanos e hijos. Pero tenia que ser fuerte, esta era mi misión y tenia que cumplirla. Posé mi mirada en la sirvienta y le hice un asentimiento de cabeza y esta dio unos toques en la puerta y auto seguido estas se abrieron para mí dejándome ver un gran salón en combinación de lo demás, solo con la diferencia de que en esta se encontraba una gran alfombra roja una cúpula encima completamente de cristal. En medio del gran salón, de espaldas a mi y con un traje completamente negro, se halaba la figura de un hombre de porte imponente. Titubee antes de dar un paso hacia adentro, mis tacones sonaron y como un reflejo la cabeza del hombre se giró hacia un costado donde podía mirarme con el rabillo del ojo.
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7LATIDOS
Historical FictionDos reinos Dos almas puras Un corazón Una historia Portada creada por: @karladiaz037 Muchísimas gracias la ame ❤️