𝐗𝐨𝐗𝐨! 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬, 𝐇𝐮𝐠𝐬 (Floyd x OC)

capitulo 3

༶ ⋆˙❀⋆༻𝐗𝐨𝐗𝐨! 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬, 𝐇𝐮𝐠𝐬༺⋆❀˙⋆༶
Cuando mi habitación alcanza para dos, todo el universo calza bajo el mismo sol.

No mucho después de aquella gran confesión, Floyd vino a vivir a mi departamento.

Estuvimos saliendo durante cuatro años y ya sentíamos que todo ese tiempo que estuvimos separados lo habíamos recuperado. El sabía todo de mi y yo conocía todo de el, unidos nuevamente como si de almas gemelas se tratasen.

En nuestro cuarto aniversario decidí presentarle a mi madre.
Durante nuestra relación infantil el nunca conoció a mi madre, a mi padre sí, puesto a que era él el que me llevaba a los conciertos y citas con Floyd. Así que conocer a mi madre era una experiencia totalmente distinta.

Llegamos al lugar en donde mi madre se hospedaba, era una pequeña casita cerca de Villa Pop, pero estaba bastante alejado.
Toque la puerta un par de veces antes de ser recibida por mi queridísima madre, esta al verme me tomo en sus brazos apretandome con un cariño inmenso. Al soltarme pudo notar a Floyd.

—¿Entonces este es el famosísimo Floyd?—pregunto colocando sus manos en su cadera.
Floyd sonrió con algo de vergüenza mientras estiraba su mano hacía mi madre.

—Mucho gustó— saludo mi novio, mi madre le miro con una ceja levantada, hasta que una pulsera con una flor sono de su muñeca

—Hora de abrazar—Dijo con emoción mi madre, lanzandose a abrazar a Floyd.

Mientras mi novio estaba en el abrazo de mi madre, esté me volteo a ver, le sonreí y le mostre los pulgares hacía arriba demostrando que le agradaba a mi madre.

Mamá nos invito a entrar a su hogar, un lugar sumamente acogedor lleno de fotos mías de bebe en donde la cara de mi padre aparece recortada o remplazada por algún troll famoso. mi madre nos invito a sentarnos a comer algo mientras charlabamos. Floyd se encontraba aun algo nervioso, lo notaba por la froma en la que movía sus dedos, tome su mano entre las mías y le ofrecí una sonrisa confortante, este me sonrío devuelta.
—¿Ya han pensado en los nombres de mis nietos?—pregunto mientras me servía algo de te.
Floyd, que estaba tomando te, se atraganto con este y comenzó a toser sin control, le sobe la espalda hasta que este se estabilizará y respondí la pregunta de mi madre.
—No...no hemos pensado en tener hijos—dije con un sonrojo.
—Pues deberían comenzar a pensarlo, no quiero morir sin conocer a mis nietos—dijo mordiendo una galleta.

Después de una agradable charla con mi madre nos dispusimos a caminar devuelta a nuestro hogar, si es que en realidad se puede llamar así. Mi departamento no es muy grande pero es lo suficiente como para que dos trolls puedan convivir, aún que si Floyd y yo intentáramos formar una familia necesitaríamos un lugar más grande, quien sabe y tal vez irnos a vivir a Villa Pop.

Pero había algo en Floyd que no terminaba de convencerme y esa era su familia. En estos años de amistad y noviazgo Floyd no me ha hablado de sus hermanos ni de su abuela, bueno, una que otra mención acerca de bebe Ramon y otras anécdotas con sus hermanos, pero además de eso no se nada.

—Floyd—le llame mientras aun caminábamos hacía casa—¿Que ha sido de tus hermanos?—pregunté curiosa.
Floyd me volteo a ver por unos segundos para después volver su vista al frente.

—no los he visto de hace veinte años...—habló con pesades.

—¿Porque?—pregunté nuevamente. Esta vez más curiosa

—Te lo cuento cuando lleguemos a casa—fue lo último que se hablo durante la trayectoria.
El camino a casa fue silencioso, sabía que si comenzaba a tratar mucho aquel tema el chico se cansaría y no me hablaría por un tiempo.
Llegamos a casa y me senté al borde de nuestra cama, le mire curiosa nuevamente y esté soltó un suspiro que pareciera que hubiera retenido durante todo el trayecto. Se sentó a un lado mío y tomo mi mano.

—Cuando Brozone se separo cada uno fue por su parte—comenzó a explicar—trataba de hacerlos entrar en razón pero...supongo que también estaba cansado de siempre lo mismo. Hasta hoy no se nada de ellos—

Miro hacía el piso, conteniendo sus lágrimas, le abracé fuerte esperando que sintiera mi apoyo y que, aún que sus hermanos no estén con el en esos momentos, yo estaría para el siempre.

A la semana siguiente Floyd me cito a la playa al anochecer, intrigada por saber que era comencé a analizar los comportamientos de Floyd durante la semana.
Se le notaba algo nervioso, como si quisiera ocultar algo... comencé a pensar en que era ese algo que me diría. Tal vez era acerca de sus hermanos y los volvió a contactar o tal vez conoció a alguien más y queria terminarme...
Negué y espere ansiosa a que no fuera eso.

Llego el sábado y con eso mi curiosidad e intriga. Floyd al despertar me dijo que me arreglara y que saldríamos a las 7:30 de nuestro hogar.
Sospeche que tal vez tenía algún viaje planeado, por las maletas que había hecho la noche anterior...Pero tal vez el viaje solo sería para el puesto a que solo había una maleta hecha.
Comencé a arreglarme unas horas antes para después junto con Floyd ir caminando a la playa.
La brisa se sentía fresca, el viento soplaba ligeramente haciendo que mi cabello se moviera tenuemente.  Me sentía tranquila de estar junto al chico el cual he amado toda mi vida, pero en estos instantes me carcomía la ansiedad de saber que es lo que tenía planeado.

Llegamos a la orilla del mar, mis pies sentían la fría agua de la marea y junto a Floyd comenzábamos a jugar a las orillas. Luego de estar así un rato Floyd carraspeó, le mire atenta esperando lo que sea que dijera.
Tomo mis manos entre las suyas y me miro con preocupación.

—Kiara—me llamó—estos últimos cinco años contigo han sido...maravillosos—comenzó a hablar, le mire con preocupación esperando a que, tal vez y no terminara nuestro lazo—me has hecho el troll más feliz y me he sentido protegido a tu lado, eres una persona increíble con la que pasaría todos mis años contigo así que...—Floyd aun tomando mis manos se agacho levemente mirándome con algo de esperanza en sus ojos.
No supe como reaccionar, arrugue la nariz intentando aguantar mis lagrimas de, ahora, emoción.

—¿Te casarías conmigo?—pregunto sacando un anillo con un hermoso y pequeño diamante incrustado en el medio.