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Soltó un sonoro suspiro mientras disfrutaba de la suave brisa sobre su piel, admirando el hermoso color celeste que decoraba el cielo

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Soltó un sonoro suspiro mientras disfrutaba de la suave brisa sobre su piel, admirando el hermoso color celeste que decoraba el cielo. Era la hora del receso y había decidido pasarlo junto a Haerin justo como llevaba haciéndolo las anteriores dos semanas desde que la conoció.

Su cabeza descansaba sobre el regazo de la contraria mientras está intentaba hacerle unas trenzas en su negro cabello.

Las cosas habían mejorado mucho en las últimas semanas. Su relación con Sunoo se hizo más fuerte y solían verse todos los días sin falta. Jugaba con Jungwon y dormía con Sunghoon cuándo estaba cansada. Aprendió muchas cosas nuevas cómo preparar postres (gracias al tío Jungwon), dibujar digitalmente y hasta lavar los trastes o ayudar a Sunoo con las cosas del hogar; algo que nunca antes había hecho.

Regresaba a su casa a las siete de la noche dónde su abuela la esperaba para interrogarla con mil preguntas cómo dónde y con quién estaba, preguntas que siempre recibían una ingeniosa respuesta.

Y la mejor parte: Rei ya no la lastimaba. O al menos por ahora.

Ella se veía tan ocupada con sus propios asuntos como para notar que Minji no estaba en casa la mayoría del tiempo y tampoco es como si le tomara importancia.

Ella había sido reclutada para un nuevo papel en una serie de suspenso, por lo que la mayoría del tiempo pasaba fuera de la ciudad y según había escuchado, pronto se iría de Japón para grabar algunas escenas en Italia.

Cuándo Minji rezaba por un milagro no esperaba que fuera tan bueno. A veces sentía que estaba soñando y que en cualquier momento despertaría y volvería a su lamentable vida de adolescente. Y cuando miraba a Sunoo juraba ver a la persona más increíble del mundo, alguien muy fuerte y con un corazón inmenso. Lo admiraba tanto.

Sunoo la ayudaba con su tarea, cocinaba para ella, veían películas juntos y le prometió que algún día la llevaría a pescar. Se sentía realmente feliz y completa ahora que por fin conoció a su madre.

Lo único que la mantenía inquieta era el tema de Hanni. A veces se topaban incómodamente por los pasillos o sus demás compañeros le preguntaban por qué ya no estaban juntas, y para Minji era muy difícil responder.

Sentía que había tratado muy mal a Hanni la última vez que hablaron pero nunca sería capaz de acercarse y disculparse. Principalmente porque siente que ella no tiene la culpa, y quién debería disculparse y cambiar su actitud es Hanni, no ella; pero también porque nunca antes había tenido que disculparse con alguien, y tampoco es como si hubiera sido criada de la mejor forma.

Además, cada vez que intercambiaba mirada con Hanni está la veía con un aire de superioridad cómo si la odiara o desaprobara su felicidad.

Claramente nunca pensaría que en realidad se trataban de celos. Celos por la persona que en este momento tenía sus piernas debajo su cabeza.

OUR BABY MINJI ㅡ SUNKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora