Cap. 34

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Narrador

Eran las 9 de la noche y la iglesia contaba con unos invitados especiales, las puertas fueron abiertas abruptamente por un hombre de cabellera plateada, que tras asegurarse que no hubiera nadie adentro se hizo a un lado para dejar entrar a su jefe.

Un hombre, de 1.80 cm de alto, piso el primer escalón con fuerza, el ruido de sus zapatos al caminar por el suelo de madera resonaba con el eco de la iglesia.

Se detuvo hasta que estuvo frente al altar, miró fijamente a la enorme figura de porcelana de Jesús clavado en la cruz que estaba sobre él, al inicio su mirada parecía ser retadora hacia aquella figura, pero rápidamente bajo la cabeza y se arrodillo, levanto su mano y se persino, para después comenzar a orar.

Su voz gruesa se escuchaba en toda la iglesia a pesar de que el apenas estaba levantando la voz, pero la noche era tan tranquila que era posible el escucharlo.

A los pocos minutos de haber empezado con sus oraciones escucho los pasos de un hombre atrás de él, aquel sujeto de cabellera negra no hizo el ademan de pararse o voltear, simplemente se quedó callado.

-Señor- exclamo el sujeto que había entrado -Los encontramos-

Un escalofrió le recorrió la piel a aquel tipo en cuanto sintió la vibra aterradora que había soltado su jefe.

-¿Vamos por ellos?- pregunto a pesar del miedo y con voz débil

-No, solo obsérvenlos- contesto

El sujeto solo hizo una leve reverencia y se retiró a paso veloz de la iglesia, no quería estar ahí cuando su jefe terminara de rezar.

Aquel hombre de espalda ancha sonrió ligeramente mientras terminaba el "padre nuestro", las buenas noticias lo ponían de un humor excelente.

-Gracias padre mío- exclamo agradecido, para después volver a percinarse y agachar la cabeza, dejando a la vista el tatuaje de calavera en su nuca- Amen-

En cuanto aquel hombre de imponente figura salió de la iglesia, 5 hombres de trajes negros se colocaron a sus espaldas, sus órdenes eran las de siempre, "no molestar".

Lo escoltaron hasta su auto, donde aquel hombre de cabellera plateada lo estaba esperando, abrió la puerta para su jefe, sin mirarlo a la cara pues sabía que eso le molestaba.

-A casa- exclamo antes de que su asistente cerrara la puerta

Saúl, el asistente de tal imponente Omega asintió con la cabeza y se subió en el asiento del copiloto.

Jacob Smith, un omega dominante en toda la extensión de la palabra, líder de "Las Calaveras de Sinaloa" estaba de vuelta. 

Narrador

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Narrador

El decir que Focus no se había alertado al ver la llamada de Desst seria mentira, el pobre pelinegro realmente se asustó, pues era algo que no esperaba ver o al menos no en un buen tiempo, temía lo peor.

Perro de Caza (Farcus) {Omegavers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora