La llegada

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Hyunjin

- ¡Hyunjin si no bajas vamos a llegar tarde al vuelo!

-¡Ahora voy mamá!

Hyunjin se miró al espejo por quinta vez en menos de 10 minutos, cogió sus maletas y al salir de la habitación miró hacia atrás mientras suspiraba, iba a dejar toda su vida atrás por el "estúpido" trabajo de su madre y eso no le hacia mucha gracia.

- Ya estoy, ya nos podemos ir.

Le dijo a su madre de brazos cruzados mientras suspiraba nuevamente.

- Hyunjin no te comportes así, acepté este trabajo para que tuvieras una mejor vida.

- Ya claro, ¿Por eso me arrastras a la otra punta del mundo, no?

Soltó Hyunjin mientras rodaba los ojos y salía de aquella casa tan grande, dejando a su madre atrás.

Tras un gran trayecto en coche llegaron al aeropuerto, no se escuchó ni una sola mosca en aquel pesado trayecto para Hyunjin ya que según él ese maldito viaje hacia un país totalmente desconocido sería la causa de su ruina.

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Felix

- ¡Jisuuuung! ¡Calla!

El mejor amigo del pecoso se limitó a reír de forma burlona.

- No, no me callo, te acabas de enterar de que llega un chico de intercambio y ya quieres casarte con él sin siquiera haberlo visto.

-¡Es Neoyorquino! ¡Seguro que es como los chicos guapos de las películas estadounidenses!

Jisung se limitó a reírse de su mejor amigo durante los siguientes 20 minutos hasta que al pecoso le llegó una llamada del delegado de clase.
Felix cogió el teléfono algo confuso mientras miraba a su amigo.

- ¿Byeong? ¿Qué pasó?

- Necesito que me hagas un favor...

Felix y el delegado se pasaron hablando diez minutos aproximadamente hasta que uno de ellos colgó.

- ¡Jisung! ¡no te vas a creer qué me acaba de pedir Byeong!

El contrario le miró algo confuso pero por su entusiasmo pudo imaginar lo que le había dicho.

- ¿Qué te dijo?

- ¡¡¡Me pidió que le enseñe el insti al chico nuevo!!!

Jisung abrió la boca indicando sorpresa ante las palabras del contrario y se acercó al pecoso para comenzar a dar pequeños saltos de la emoción.

En un abrir y cerrar de ojos se había hecho lunes y eso significaba que ese mismo día le enseñaría el instituto al chico con el que llevaba soñando despierto desde el viernes.

Se despertó sobre las seis de la mañana para prepararse, estuvo 20 minutos eligiendo qué ropa ponerse para al final elegir el primer conjunto que se probó.
Después de estar arreglándose por un largo rato bajó a la cocina con felicidad, al ver la hora en el reloj de pared casi le da un infarto, quedaban 10 minutos para que empezaran las clases así que sin siquiera saludar a sus padres cogió su tostada y salió de la casa con rapidez para comenzar a correr rumbo al instituto mientras se comía su desayuno.

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Hyunjin

Hyunjin se había despertado sin ganas de ir a clase ya que le tocaría conocer a gente nueva y lo detestaba. El rubio tenía una muy mala costumbre en cuanto a la gente se refiere, nunca se atrevía a dar la primera palabra. Desde pequeño pensó que si alguien estaba interesado en él debería empezar esa persona la conversación pero por suerte para él, había conseguido un gran grupo de amigos, que aunque debido a la distancia que ahora les separaba, siempre tuvo claro que podía contar con ellos para todo, al igual que ellos podían contar con Hyunjin para todo.

Después de estar 10 minutos mirando hacia el techo decidió levantarse por lo que se preparó para irse, no se complicó mucho a la hora de elegir la ropa ya que para él verse bien no era de mayor importancia, y aunque él no lo reconociera se veía bien con todo lo que se ponía.

Luego de verse por encima en el espejo bajó a la cocina en busca de su madre pero al bajar se dió cuenta de que estaba completamente solo en aquella casa, lo cual no le sorprendió nada. Había pasado la mayor parte de su vida solo ya que su padre falleció cuando él tenía tan solo 5 años, y su madre siempre se tomó su trabajo muy en serio por lo que estuvo ausente durante toda su vida.

- Mierda, voy a llegar tarde

Se dijo a sí mismo mientras miraba su móvil y cogía un pequeño tupper que había en la mesa de la cocina, supuso que lo había preparado su madre antes de irse pero ni siquiera se molestó en echarle un vistazo y lo metió en su mochila.

Después de 5 minutos caminando llegó al instituto, su nueva casa se encontraba al lado del instituto por lo que no tardó tanto como él esperaba.

Comenzó a caminar por aquellos pasillos totalmente desconocidos para él hasta que de repente sonó una molesta alarma que indicaba que ya era la hora de entrar a clase, clase la cuál no tenía ni idea de dónde estaba.
De repente al girarse vio a un chico el cual le llamó la atención, llevaba una camiseta negra del mismo tono que su pelo, la camisa negra era complementada por unos pantalones vaqueros azules, en los pies llevaba unas Converse negras realmente bonitas, aunque realmente eran muy simples a Hyunjin le llamaron la atención.
Aquel chico se encontraba riendo junto a otro chico un poco más bajito que él, los dos se veían realmente amables, sobre todo el pelinegro, chico el cual llevaba unos dos minutos mirando fijamente.

mi pequeña estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora