One Shot (Diakko)

One Shot- 34.2 (Las 7 Reliquias)

18/12/2023

﹏﹏﹏﹏﹏

—¿Estás también?

—Sí, cariño. ¿Tienes las hortensias azules?

—¡Sí! —gritó colocándolas en la canasta.

Le sonreí con cariño y caminamos juntas al cementerio ubicado en una parte exclusiva de los terrenos en Cavendish Manor.

—¡La abuela se podrá muy contenta! —exclamó.

—Lo hará —le aseguré.

—¡Te hemos traído tus flores favoritas, abuela!

Doblando mis rodillas, me acomodé en el lugar y cerré los ojos por unos momentos, para después empezar a ubicar los tulipanes, narcisos, orquídeas y las hortensias a los costados y en el medio de su pilar.

En el día de hoy, con las nubes cubriendo el cielo dando la señal de una posible tormenta, era el cumpleaños de una persona muy especial y apreciada para mí. Y estaba contenta de poder volver a compartirlo por cuarta vez con la persona que llenaba mi vida de llantos repentinos y nocturnos, hambre insaciable y largos días sin descansos, pero, sobre todo, de una abundante felicidad y calma a mi corazón.

Y no podía pedir nada más.

—¿Mamá?

—¿Sí, cariño?

—¿Qué está pasando?

«¿Mm?» Me di la vuelta mirando a donde estaban posados sus ojos azules e inocentes, sorprendiéndome de la repentina luz parpadeante roja en el cielo.

Arrugué el ceño con clara confusión, y cuando el horrendo sonido de una alarma continuó golpeándonos sin previo aviso, mi expresión cambió a una de completo miedo.

Rápidamente y sin dudarlo, levanté a Alice en mis brazos y corrí hacia la puerta trasera de la mansión topándome con algunos sirvientes que miraban de la misma manera lo que acontecía.

—¡Todos adentro, ahora!

Alice se apretó contra mi pecho y un sirviente se acercó con mi varita en una almohadilla. La agarré y recité un dificultoso hechizo que activó el círculo mágico elaborado por diferentes magos y brujas de altos niveles en los lugares subterráneos del castillo, cubriendo una considerable parte que incluyó los jardines y a los animales.

Agotada, terminé apoyándome contra la pared de los pasillos.

—¿M-mamá?

—Estoy bien, cariño.

La atraje con más fuerza acunándola en mi pecho y caminé entre pasos lentos y un poco forzosos, deteniéndome y recostándome en el respaldar de los escalones de la segunda planta para tomar un nuevo respiro.

—Diana —llamó una voz masculina a mi costado derecho.

Inhalé y exhalé conteniendo el agotamiento mágico y físico que podía sentir flotar a mi alrededor en pequeñas moléculas mágicas; sin embargo, estas no eran visibles para ninguna bruja u ojo humano.

—Por favor, manténgase en su habitación —dije y minutos después llegué a la mía, abandonando en un intento en vano a Alice en la comodidad de las mantas.