Capítulo 2: Sentimental Attatchment

140 10 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Qué está pasando? —Clary entró a la sala de control seguida de Jace. Las alarmas del instituto se habían disparado, eso solo podía significar una cosa.

—Hay un intruso en el perímetro. —explicó Izzy mirando las cámaras.

—¡Simon!

Jace y Clary salieron siendo seguidos por Ivette.

—¿De qué vas vestida? —El chico de gafas preguntó a su amiga mirando su atuendo. —Clary, vámonos a casa.

—No puedo, Simon.

—¡Clary Fairchild! —Un hombre apareció, haciendo que tanto Jace como Ivette adoptaran posiciones de combate sacando sus armas. La pelirroja mayor maldeció entonces por no llevar nada más que una daga.

Jace y ella se miraron, y el rubio atacó por detrás al hombre, poniéndose ella entre su hermana y este. De un momento a otro, el hombre le pegó un cabezazo al rubio, ignorando su amenaza. Ivette se movió rápidamente, apuñalándole con la daga en la pierna, y Jace aprovechó para apuñalarle en el estómago. El hombre cayó al suelo y Clary se precipitó hacia el rubio, dejando a la pelirroja mayor a un lado.

—¿Está muerto?

—¿De quién hablas?

Antes de que el chico pudiera decir nada más, un cuerpo empezó a aparecer en el suelo, asustándole.

—¿Podéis desglamurizaros o lo que sea para que mi mejor amigo no piense que estoy loca?

Jace e Ivette aparecieron delante de ambos.

—¿Qué- ¿Esa no es tu hermana?

—La misma.

—Todos adentro.

Ivette se alejó oyendo como Jace discutía con Simon y Clary. Realmente no conocía al chico de gafas, pero debía admitir que en cierto punto, le entendía. Su mejor amiga se acababa de meter en un mundo peligroso y de repente aparecían personas desconocidas que querían ayudarla. La pelirroja debía decir que ella tampoco se hubiera fiado.

Realmente no le costó mucho tiempo encontrar a Izzy, quién ahora descansaba en la cocina, viendo una de las revistas que Ivette le había comprado en una de sus misiones.

—No entiendo esta moda. —La pelinegra se quejó a su amiga dejando la revista de lado. —¿Qué tal con el mundano?

—Pregúntale a Jace, es él el que está discutiendo con el chico ahora mismo.

—¿Más mundanos? Estamos incumpliendo muchas reglas.

Ambas chicas se fijaron en el pelinegro Lightwood que entraba a la cocina con unos papeles en la mano.

—¿Qué es eso?

—Documentos que mamá nos ha pedido rellenar. Pronto vendrán de Idris.

—Genial. —Dijo la pelinegra menor con sarcasmo. Para nadie era un secreto que ella y su madre no tenían la mejor relación.

—¡Ivette!

La pelirroja se giró al oír a Jace llamándola. Los tres caminaron en dirección al shadowhunter rubio.

—Iremos a ver a Hodge.

—Yo... tengo cosas que hacer. Dile que luego iré a verle. —El rubio asintió.

—¿Ella si puede ir y yo no? —Simon preguntó indignado.

—Ella es una Shadowhunter experimentada. Tú eres un mundano normal y corriente. —Alec defendió, y Jace asintió con una sonrisa.

La pelinegra enganchó su brazo con el de la pelirroja y ambas caminaron hacia la habitación de esta.

—¿Irás con él?

—¿Y tú con el seelie?

Ambas rieron antes de despedirse e irse a cambiar. Ivette suspiró cansada antes de salir por la ventana para que nadie la viese. Mentiría si dijera que se había dejado caer desde su ventana en el primer piso, de una forma elegante y sofisticada. De hecho, pudo jurar que nunca se había hecho tanto daño en su vida.

Shadows | ShadowhuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora