Capítulo 17 - Revelaciones

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Revelaciones


Horas antes de los asesinatos.


Chuy y Ángel esperan en silencio afuera de un taller sobre la carretera nacional. De vez en cuando cruzan mirada, pero ninguno se atreve a hablar. Hasta que Chuy dice:

—Ya se tardaron.

Ángel lo ignora. Se desabotona la camisa del trabajo, pues es una noche calurosa, sin viento. Después de unos minutos, Ángel se quita la camisa, quedando solo en camiseta de resaque.

Llega Cheko en la camioneta de Juvi, la Ford azul tornasol, acompañado de Tadeo. Se baja de prisa y les dice de la misma manera:

—Hay cambio de planes. Tadeo irá con ustedes. Lo dejan en el primer punto, donde siempre —le dice a Chuy—, ahí lo recogerá otra camioneta cargada, y ustedes seguirán al punto de entrega que ya saben. De ahí, harán otra entrega, en otra camioneta; allá les dirán hacia dónde. Se llevarán esta camioneta. —Chuy sonríe al saber que manejará la hermosa camioneta Ford azul tornasol.

Tadeo saluda y Cheko se sube a otra camioneta que llega en ese momento, una Chevrolet negra.

Ángel sube al asiento trasero de la camioneta, ante el reclamo de Chuy, pues le alega que tienen que dejar primero a Tadeo, y no deben perder tiempo en andarse cambiando de lugar, pero Ángel lo ignora de nuevo.

En el camino, Tadeo cuenta que de última hora le llamaron para el trabajo, además que la paga será mayor, pues el viaje será más largo y dice como para él mismo:

—Al que obra bien, le va bien.

Tadeo le hace varias preguntas a Ángel, pues no lo conoce bien. Ángel contesta de manera escueta. Cuando Tadeo le pregunta el por qué se metió en ese tipo de trabajo, Ángel no responde. Chuy le dice:

—Es cierto, tengo mucha curiosidad, ¿por qué estás en esto? No lo hubiera imaginado. —Ángel no responde. Chuy añade—: Siempre fuiste bien mamón, y mírate, eres igual a nosotros. Pero supongo que ya lo traes en la sangre.

Ángel le grita:

—¡Cállate el hocico!

Chuy se ríe con sorna. Tadeo le pregunta a Chuy:

—¿Por qué lo dices? A poco su familia...

—No, pero su papá está en la cárcel.

—¡Cállate! —le grita de nuevo Ángel y le avienta su camisa a la cabeza.

—¿Qué te pasa, pendejo? ¡Vas a hacer que choque!

—Ya te dije, si vuelves a decir algo de mi papá, te voy a matar a golpes.

—Pero es cierto, y en pocos días todo el mundo lo sabrá.

Ángel no dice nada, pero hierve de furia, entonces suelta:

—Al menos mi padre no me abandonó como a un perro.

Chuy disminuye la velocidad casi de golpe, se orilla derrapando, baja de la camioneta, inclina su asiento y le grita a Ángel:

—¡Bájate, hijo de tu chingada madre! ¡Ya me hartaste! Te voy partir la madre ¡Baja!

Ángel se baja con celeridad, Chuy lo recibe con un puñetazo en la cara. Tadeo se baja de inmediato y trata de parar la pelea, pero no lo consigue, pues, aunque es un par de años mayor que ellos, es menos fuerte, menos alto y mucho más delgado que ambos. Durante la lucha, Chuy patea el pecho de Ángel y este cae de espalda, Chuy se lanza sobre él a golpes a pesar de los jalones de Tadeo que no logra separarlo, hasta que Tadeo decide agarrar vuelo y taclearlo por un costado.

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