Pedido de Candy_Invictor
Contexto: te llamas Ai Suzuki. Tus ojos son de color violeta con ligeros tonos azules. Tus cabellos son color café avellana con algunos mechones albinos. Eres un cazador que posee la respiración de la aurora boreal.
El chico había sido llamado una buena mañana por el patrón. Tenía una misión y debía llevarla a cabo.
- Ya estoy aquí, como usted mandó- dijo Ai.
- Excelente, muchas gracias. Tu misión es infiltrarte como mujer en el distrito rojo. Hay algunos rumores de que se ha visto un demonio en un templo. Necesito que lo inspecciones y nos traigas pruebas de qué tipo de demonio es. Si es una luna, mandaré a uno de los pilares para que se encargue.
- Entendido. Empezaré hoy el viaje.
- Buena suerte y no mueras por favor.
- No lo haré.Tal y como el patrón le dijo, Ai se vistió y maquilló como una mujer. Luego de haber hecho esto, puso rumbo al distrito rojo y una vez allí, para no levantar sospechas, se integró entre los distintos trabajos que las mujeres realizaban por allí, algo que no fuera demasiado arriesgado. Consiguió información del paradero de aquél templo y una noche decidió ir allí para explorar y ver si realmente había un demonio ahí.
Douma, en ese momento, estaba terminando de alimentarse, cuando escuchó el sonido de la puerta abrirse y los pasos de alguien. Decidió dejar la cena para otro momento e ir a ver quién osaba entrar sin su permiso. Se escondió para no ser visto, pero Suzuki no era tonto y en el acto supo que no estaba solo. Pensó que sería mejor seguir actuando como una mujer por si acaso aunque eso tal vez le costase la vida.
Estuvo varias noches regresando al mismo lugar, y en una de ellas, Douma decidió hacerse presente, ya que Suzuki le había empezado a agradar, aunque él no sabía que fuera un hombre.
Se le apareció desde la oscuridad y avanzó hacia él a pasos lentos pero firmes. Ai se puso en guardia pero sin abandonar su posición de mujer falsa.
- Vaya, vaya, pero qué tenemos aquí? Eres tú la jovencita que se cuela todas las noches en mi casa? Qué interesante.
- No me cuelo...
- Ah no? Que yo sepa, entrar sin llamar ni pedir permiso es colarse en toda regla. Qué has venido a hacer aquí?
- Sólo...me hablaron de que en este templo era probable que hubiera un demonio...y....tuve curiosidad....
- La curiosidad mató al gato... qué pasaría si el gato fueras tú?~
- No pienso morir tan pronto...
- Oh, vaya, eres la primera mujercita que me contesta. Eres realmente interesante. Me haces querer matarte ahora mismo pero primero quiero saber todos tus secretos. Quiero conocerte antes de matarte.
- Eh...
- No seas tímida! Si no tengo intención de matarte por ahora no tienes por qué preocuparte. De hecho, deberías sentirte orgullosa de eso.Dicho esto, Douma lo llevó a ver el resto del templo. Suzuki trataba de mantener la compostura. Se trataba de una de las doce lunas. Ni más ni menos que la segunda luna superior. Más fuerte incluso que Akaza. Suzuki debería informar de esto al patrón una vez se fuera de allí. Esa noche apenas hablaron ya que el joven estaba preocupado de que no se lo comiera.
A la mañana siguiente, Ai le dijo a su cuervo que fuera a avisar al patrón de lo que descubrió y que le trajeran refuerzos.
Douma estaba cada vez más y más enamorado de aquella "mujer". Suzuki debió cambiarse el nombre a Tsukiya para pasar desapercibido, de modo que ése era el nombre por el que el demonio lo conocía.
Durante las cuatro siguientes noches en las que el cuervo tardó en ir, en que le avisara al patrón, en que escogieran a un pilar y que emprendieran de nuevo el camino, Suzuki siguió yendo con Douma todas y cada una de ellas. El demonio no parecía tener intención alguna de matarlo y Suzuki había cogido algo de confianza aunque no quisiera reconocerlo.
Una de esas noches, el cuervo de Suzuki regresó con él, que se encontraba hablando con el demonio.
- Por qué tienes un cuervo?- preguntó Douma extrañado de que una mujer tuviera uno.
- Bueno...
- Suzuki!- se escuchó la voz de Uzui- estás bien?- se acercó a él.
- Suzuki....?- Douma estaba cada vez más desconcertado.
- Has aguantado bien, muchacho. Déjame el resto a mí. Tú escóndete y procura mantenerte a salvo.
- No, espera!- gritó Douma- yo no...!
- Tú cállate, demonio maldito! No dejaré que escapes vivo de aquí.
- Esque no lo entiendes?!
- No, no lo entiendo!Uzui y Douma empezaron a pelear. Sus movimientos eran rápidos y difíciles de percibir. En uno de sus ataques, Douma le arrebató las espadas al cazador, y éstas fueron a parar a donde estaba Suzuki escondido, de modo que le cortaron el brazo izquierdo. Suzuki gritó de dolor y Douma, al escuchar esto, sintió algo extraño, algo que lo hizo querer huir.
Rápidamente esquivó los ataques de Uzui, el cual recuperó sus espadas.
- Ahora huyes, demonio? Que eres? Un gallina?
- Esto no ha terminado. No creas que te dejaré ganar tan fácilmente!- dijo Douma antes de desaparecer por la ventana.Se dirigía a ver a Muzan. Su intención era que su señor pudiera convertir al chico en demonio para que no muriera, ya que Douma tenía miedo de perderlo, aunque fuera un hombre. El amor es amor en todos los sentidos.
- Qué es eso- dijo Muzan- un humano? Por qué no lo has matado?
- Señor...me gustaría q...
- Cállate. Mátalo.
- No puedo...
- Cómo que no.
- N-no...
- Hazlo.
- No puedo le digo.....
- Y qué quieres que haga.
- Convertirlo en demonio...yo...
- Para qué.
- Para que...viva...
- Y para qué quieres que viva.
- No sabría explicarlo...
Muzan se quedó callado durante un largo rato.
- Si hago esto es porque eres tú. Pero no te haré ningún favor más. Entendido?
- Sí....
- Bien.Muzan convirtió a Suzuki en un demonio, satisfaciendo las necesidades de Douma, el cual estaba feliz. Sólo faltaba ver la reacción del joven.
Él despertó en el templo de nuevo. Uzui se había ido a informar al patrón de esto.
- Qué...ha pasado...?
- Estás en casa...
- En casa...?
- Hola, Suzuki. Bienvenido a tu nueva vida.Douma le sonreía y Suzuki no entendía nada. Se miró las manos y el cuerpo. Hasta ese momento no se había dado cuenta de nada. Era un demonio. Un demonio.
- Un demonio...
- Ahora estaremos juntos por siempre...
- A qué viene todo esto...?
- Porque te amo demasiado...no podía dejarte morir...
- Morir.....? Tú....
- Te salvé la vida...pero eso queda entre tú y yo. Ahora vendrán más cazadores a buscarnos, así que debemos buscar otro lugar donde quedarnos. Vayamos juntos ahora y por siempre. Qué me dices?
- Yo....no sé si puedo corresponder tus sentimientos....pero....por probar...no creo que pase nada....