🔥Rengoku🔥

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Pedido de Candy_Invictor

Contexto: te llamas Kahoko Aoki. Tus ojos son azules con las pupilas lilas. Tu cabello es completamente negro a excepción de tres mechones albinos. Eres una cazadora y usas la respiración de la constelación.

Hacía casi un mes y medio que Rengoku había luchado contra Akaza. El rubio apenas podía mantenerse en pie ya que fue una pelea larga y difícil, de modo que decidió retirarse para evitar problemas como su muerte. Durante ese mes y medio, una nueva cazadora apareció en la finca mariposa por algunas heridas de misiones. Allí fue donde conoció a Rengoku.

- Tranquila, tú sólo reposa y nosotras te traeremos algo para comer- dijo Aoi a la chica, llamada Kahoko Aoki.

La azabache se acostó en una de las camas que habían y ya a punto de acostarse vio a Rengoku. Se acercó para verlo.
- Oh, vaya, tengo visita?
- Eh....no exactamente...más bien...también estoy herida pero....creo que usted está peor...
- Cómo te llamas, señorita?
- Kahoko Aoki...es un placer conocerle al fin, Rengoku Kyojuro. He oído hablar mucho sobre usted.
- Por favor, hablame de tu a tu. Me haces sentir viejo- rió un poco pero debido al dolor tuvo que parar- me parece que estaremos juntos por una temporada hasta que nos curemos.
- Cierto...
- Por cierto, Tanjiro, Zenitsu e Inosuke van a ser mis alumnos para aprender mis posturas y técnicas. No es un grupo muy grande pero desde luego que te llevarás bien con ellos. Además Tanjiro es muy responsable. Te gustaría que te entrenase cuando esté mejor?
- Sería un gran honor para mí...
- Perfecto! Entonces también serás mi alumna! Si tus heridas no son muy graves, podrías entrenar un poco antes de que llegue el entrenamiento, no crees?
- Sí. Tienes razón.

Varios días después, las heridas de la chica habían curado, ya que no eran muy graves, de modo que se puso a entrenar para mantenerse en forma. Conoció a los tres chicos que mencionó Rengoku y, aunque él había asegurado que se llevaría bien con todos, dudaba que pudiera lograrlo con el de la cabeza de jabalí.

Todos los días entrenaban juntos los cuatro, haciéndose más fuertes a medida que el tiempo pasaba.

Un buen día, Rengoku salió a verlos y sonrió. Le gustaba el trabajo que estaban realizando cada día.
- Buenos días, jóvenes cazadores!- saludó sonriendo- al fin ha llegado el día esperado! A partir de hoy, os entrenaré!

Él miró a Kahoko detenidamente y sonrió para luego desviar la mirada hacia los chicos.

Día tras día, todos dedicaban algunas horas a entrenar con el rubio. Mejoraron mucho en poco tiempo. Durante las comidas, Rengoku siempre se sentaba al lado de la chica, cosa que no pasaba desapercibida por los chicos. Al terminar de comer, Kahoko iba a dar un pequeño paseo cuando el pilar se le acercó.
- A donde vas, señorita Kahoko?
- A pasear.
- Me gustaría acompañarla, si no es molestia.
- Claro, por qué no.

Ambos empezaron a caminar juntos aunque a una distancia prudencial.
- Sabes...? Dicen que hoy habrán muchas estrellas en el cielo y que se verán bien...te...gustaría verlas conmigo...?- preguntó él.
- Eh....okey, me gustaría.
- Enserio?
- Claro. Por qué no?
- No lo sé. Me gustaría hablar contigo de algo importante.
- Hmm? Qué sucede?
- Hablaremos luego, querida Kahoko.
- Está bien. Esperaré.

El día transcurrió sin apenas novedades pero Kahoko ya había notado que Rengoku llevaba algún tiempo mirándola más de lo normal y, aunque ella no quisiera reconocerlo, le gustaba que fuera así. Muchas veces se ofrecía a darle más ayuda de la que necesitaba y ella pensaba que lo que buscaba era pasar más tiempo con ella aunque no dijera nada. Eso no le desagradaba, para nada. De hecho, le hacía sentir importante y feliz, de algún modo.

El hecho de que él quisiera hablar con ella de algo importante le daba a entender que se trataría sobre su comportamiento hacia ella, pero todavía no quería afirmar nada por si acaso. No quería darse falsas esperanzas y prefería escuchar lo que él tenía que decirle.

Llegó la noche y Kahoko estaba en el tejado de finca mariposa, esperando a Rengoku, el cual no tardó en llegar. Se acomodó a su lado sonriendo.
- Lamento la tardanza, querida Kahoko. Tuve algunos problemas para no despertar a nadie. Pero está todo bien.
- Está bien. Sobre qué querías hablar?
- Bueno...de un asunto un tanto peculiar.
- Te escucho.
- Bueno....se trata sobre...sentimientos.
- (Lo sabía...) Y...sentimientos de qué...?
- Creo que son de amor. No estoy seguro.
- Por qué piensas eso?
- Pues porque me siento atraído hacia alguien...y creo que ése alguien me gusta cada vez más. Nunca había sentido algo parecido. Por eso pienso que es amor. Mi corazón late muy deprisa cuando estoy cerca de esa persona.
- Entiendo.

En ese momento, ambos vieron una estrella fugaz recorrer el cielo.
- Señorita Kahoko...
- Sí...?
- Estaría mal si....yo no te veo como una alumna...sino como....mujer...?
- A qué te refieres...?
- Yo no te veo como una alumna para mí....te veo como una mujer....y no estoy seguro de que profesor y alumna puedan estar juntos....

Ella lo miró.
- Te refieres a que...yo soy la persona que te gusta...?
- D-digamos que sí...
- Oh...
- No creo poder seguir siendo tu profesor...
- Por qué...?
- Por eso mismo. Soy tu profesor...
- Eso no importa además tenemos la misma edad.
- Segura...? Y qué dirán los demás..?
- Tal vez se sorprendan un poco pero no creo que digan nada.
- Bueno...entonces....crees que tú y yo...podemos ser...
- Sí...
- En ese caso....me gustas mucho...señorita Kahoko...
- Tú también me gustas...
- El deseo que pedí al ver la estrella fugaz se cumplió....deseaba estar contigo al fin...

One shots kny Donde viven las historias. Descúbrelo ahora