Gala

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Para mi suerte, nadie vino preparado para una gala así, no nos lo esperábamos.

Apenas salimos de la asamblea, nos fuimos a comprar vestidos.
Llevaba bastante dinero como para comprar alguna prenda necesaria o urgencia pero... ¿Un vestido de gala? Esto me iba a salir caro.
Con las chicas acordamos buscar diferentes colores, de todos modos tenemos estilos diferentes, así que eso no sería un problema. No soy indecisa con la ropa, pero no sería fácil encontrar algo acorde a la situación, no quería verme vulgar, pero tampoco quería verme como una virgen ¿Se entiende? No busco destacar, solo verme bien conmigo misma.

-Amiga, tenés un bronceado sutil, deberías optar más por este color. - dijo Clara y agarró literalmente el primer vestido que encontró. Tengo que admitir que era muy lindo. Agarré algunos más y decidí probarlos.
- Clara, no sé cómo haces para dar con lo que realmente está bien...
- ¿Cómo te quedó? A ver... - Clara abre la cortina. - ¡Te ves hermosa! ¡Es este vestido!
- Si... Me gusta mucho.
- ¿Gustarte? Lo amo.
- Si Clara, me lo llevo. - ya me había cansado su intensidad.
Está bien, si me quedó bien y es muy lindo, ya. Una cosa lleva a la otra, terminamos comprando labiales, zapatos, collares. Yo ya tenía zapatos, solo buscaría unos lindos aros, quería ir sencilla.
Eran las 20hs y ya estábamos terminando de alistarnos. Si, las 5 en una habitación. Flor llevaba un vestido negro hermoso que destacaba su piel blanca, pelo negro y tatuajes. Paula llevaba un vestido rojo, pues es Ariana. Martina llevaba color verde, con detalles dorados brillantes como ella. Clara llevaba un vestido rosa claro muy delicado.
Finalmente yo, llevaba un vestido color champagne, unos zapatos nudes, un semi recogido con ondas y unos aros pequeños pero brillantes.

- No me dí cuenta de comprar tazas y algo nude para abajo, se me marca todo. - le digo a Clara.
- Si, se trasluce y sinceramente no se ve bien...
- ¿Qué hago?
- Y sacatelo.
La miré con cara de horror - ¿Vos decís? ¿Sin nada?
- No se te va a notar nada.
Me convenció, el vestido era al cuerpo pero no lo suficiente como para que se noten algunas cosas, era largo así que... En teoría no sería un problema.

Estamos entrando al lugar de la fiesta, no es una casa, es una mansión y hay más de 200 personas, muy bien vestidas. Es increíble lo verde que es el pasto, las luces en todo el patio y casa, una piscina inmensa, era un evento tipo isla, no había vino tinto, solo blanco. Y justo veo a... Valentino.

- Que lindas están, vos no. - se ríe.
- Gracias igual, ¿No podés ser más original? - le respondí.
- Lo soy amor.
- Bueno, es acá donde te robo a mi amiga y nos vamos. - intercede Clara y nos alejamos.
- Mirá... - dice Clara en voz baja.
Era Santiago, vestía de negro, nunca lo había visto de tan cerca, en serio era muy lindo.
- Nos está mirando... ¡Viene hacia acá!
- Hola, buenas noches. - dijo Santiago pasando por al lado nuestro.
- Que ilusas. - dije riéndome. - Poco simpático de hecho.
- Si bastante serio. - respondió Clara.

La noche se daba bien, conocimos a un grupo de chicos de misiones muy lindos, pero sobre todo divertidos, ya nos estaban invitando de after. Claramente no iría, pero también habían planes para salir el finde y a eso no faltaría. Nos cayeron muy bien.
Comimos y tomamos bastante vino, la noche iba perfecta.

Por un segundo, perdí a Clara y me quedé sola con una copa de vino. No estaba ebria pero... Comenzaba a estarlo solo un poco, solo un poco mareada.
Se acerca Santiago, obviamente no hacía mí, él solo se prende un cigarrillo cerca mío y me mira, muy serio.
Sonreí, por cortesía... Supongo. Y el solo me corrió la cara. ME CORRIÓ LA CARA. Está bien no pretendo que me diga nada pero solo fue un buen gesto, me molestan las actitudes soberbias. Era lindo, pero ya me estaba cayendo un poco mal.

- Tan linda y tan sola... - se acerca el insoportable.
- ¿Otra vez vos Valentino? Hace unas horas estaba fea.
- Sabes que me gusta molestarte... - me mira con cara de picardía. Lo ignoro.
- No te pido que me des una oportunidad, solo te pido que uno de estos días salgamos a tomar la media tarde, a cenar, a pasear. Y quién te dice que no dormimos juntos.
- ¿A eso querías llegar? Interesado. Andate.
- Decime que si y me voy.
- No.
-Dale.
La gente de al rededor observa la situación, incluso Santiago.
Valentino me quita el teléfono de las manos.
- Bueno ya está, te pusiste pesado. Dámelo.
- Decime que si y te lo doy.
- ¡No! Dámelo.
- ¿Que está pasando acá? - se acerca Santiago y dijo firmemente. Se me acelera el corazón de los nervios, ambos lo miramos.
- ¡Dámelo! - me grité y le tiré el teléfono de las manos. Claramente no tuve en cuenta dos cosas, que al tirarle el teléfono de las manos iba a caerme y no al piso, sino que tenía la piscina detrás.
Así es, me caí en una piscina. Típico cliché de películas, ridículo, patético, absurdo.
Después de varios segundos, la gente supongo que estaba esperando que saliera a flote, pero no fue así. No es que no sepa nadar, es que... ¡Se me atascó el vestido! No sé en qué, no abro los ojos dentro del agua, no veo nada.
En ese momento, alguien salta al alguna y me ayuda, el vestido estaba tan atascado que no hubo más remedio que tirar de él hasta romperlo. Y ahí fue cuando me fui a flote, al fin puedo respirar.
Logro abrir los ojos y ahí lo veo a él, Santiago.
- ¿Estás bien? - me dice preocupado.
- Si. - dije agitada, con el pelo en cualquiera y el maquillaje corrido.
Salimos del agua y noto que todos me miran. Obviamente, fui la estúpida que se cayó al agua. Pero... ¿Se acuerdan cuando dije que no tenía nada puesto? ¿Y que no sería un problema?.
Santiago me mira confundido.
- Toma, ponete esto. - agarra su saco del piso y me lo pone encima.
- Gracias...
- Vamos adentro de la casa, a secarnos.
No puedo estar tan muerta de vergüenza. Todos me miran, se me trasluce todo. Estoy maldiciendo a Valentino y al vino también.

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