⁠ᐷ I take his hand, we sink.

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Una alarma se encendió, el retintín apremiante surgió del fondo de su cabeza mientras su boca se amoldaba a la de Book, un escalofrío bajó por su nuca a su columna vertebral, una pequeña corriente eléctrica que se expandió por el resto de su cuerpo. Lo atribuyó al íntimo contacto que estaba teniendo con el omega.

Desconectó sus pensamientos y se abandonó a Kasidet, a sus suaves labios y a su esencia a chocolate que le envolvía al punto de que su olfato no era capaz de reconocer otro aroma que no fuera el que emanaba de la piel del menor, aquel que desde que lo percibió le hizo dudar, que de a poco fue destruyendo todo en lo que creía, y ahora que tenía tan cerca la fuente misma de tan tentativa fragancia, solo era cuestión de atraerlo y permitir que su frente descansara en su hombro, para él poder atacar su nuca, y marcarlo, reclamarlo antes de que fuese demasiado tarde. Antes de que aquel alfa se lo arrebatara.

Con la mente en blanco siguió su instinto -Book no estaba en mejor condición que él y permitió que con sus manos le guiara a su pecho-, rozó sus labios en aquella zona caliente y rojiza, abrió la boca y un nuevo escalofrío le atacó.

El rostro de Atthaphan apareció cuando cerró los ojos. Una imagen nítida que adquirió fuerza tras cada segundo que permaneció estático.

-Gun-se le escapó de los labios el nombre de su pareja y con ello la bruma que ceñía su juicio.

No podía hacerlo, si marcaba a Book dañaría al omega que juró proteger con su vida. Con aquel pensamiento su lobo logró controlarse, permitiendo que el sentido de la realidad le golpeara como un puño.

Percatándose que sujetaba a Kasidet con fuerza por los brazos, y se mantenía aferrado a él, respiró profundo antes de liberarlo, pero el omega no se alejó, continuó en aquella postura, negándose a mirarle a los ojos, a enfrentarlo.

Book temía que le dijera que había sido un error, un impulso del que nunca debió dejarse llevar. No quería escuchar su rechazo, aun cuando no fue él quien dio el primer paso. El resultado seguiría sin cambiar.

No estaba ignorando la existencia de Atthaphan, de hecho, era por él que deseaba desaparecer de la faz de la tierra, de esa forma también lo harían aquellos sentimientos que en primer lugar nunca debieron nacer, sin importar que la criatura que se formaba en él fuese de Force. Tendría a su hijo, pero eso no significaba que por ello debía amarlo. El amor había surgido por su propio capricho.

-Lo siento -expulsó apretando en sus puños la camisa del alfa.

-Esa debería ser mi línea -respondió Force tras expulsar el aire agobiado-, fui yo quien te obligó.

-Nunca lo hice por obligación, estaba esperando que algún día sucediera, por eso me disculpo -admitió tomando su parte de responsabilidad-, Gun y tú han sido tan buenos conmigo, que merecen el mismo trato de mi parte, y que cumpla con mi deber, sin inmiscuirme en su relación. Lo sé y aun así no puedo frenar a mi cabeza, que crea una y otra vez escenarios donde yo soy tu pareja, donde mi padre te eligió a ti como mi esposo y al final tenemos algo parecido a lo que ya posees con Gun. Es por eso que me siento mal, y el estrés es una forma de manifestar la culpabilidad que me acosa cada que me tratan bien. No merecen a alguien como yo, lo mejor será que me vaya de su casa, sé que todo irá bien, te daré un bebé fuerte y sano.

Force lo empujó con fuerza hasta conseguir que se enderezara y sus miradas se encontraran.

-No te irás -replicó sin lugar para que se colaran dudas.

Era difícil asegurar si había ignorado todo su discurso anterior y solo escuchó lo último, o quizá para lo primero no tenía una respuesta.

-Necesito hacerlo -dijo en un tono que le exigía que lo entendiera, nunca antes le había hablado así, pero después de cruzar la línea, no tenían más opción que mantener una distancia considerable.

⁠。⁠*✧ Éramos indestructibles⁠/⁠/ForceBook ✧⁠*⁠。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora