Flor de Durazno

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A partir desde ese momento Matsukaze y el comenzaron a ser amigos

Después de que se haya esparcido un rumor de un estudiante super fuerte y desconocido que dejo con graves heridas al ya conocido trio de matones de segundo año, estos rumores hicieron que finalmente deje de ser acosado por sus compañeros ya que tenían una idea de quien se trataba, la mejor parte fue ver como el mundo de mentiras de su vanidosa compañera se desmoronaba, su amante publico en redes sobre su infidelidad y la enorme lista de chicos con los que había estado saliendo simultáneamente, esto desencadeno una reacción en cadena, muchas de sus amigas se alejaron al percatarse que se trataban de sus amigos, parejas o ex parejas, el grupo de fans se disolvió en cuestión de días y así ya nadie lo volvió a molestar.

Su vida ahora era mas tranquila, pasaba todos los recesos con Matsukaze en la azotea que casi siempre estaba vacía, se había convertido en un lugar de encuentros donde pasaban el tiempo hablando, mejor dicho donde se la pasaba hablando mientras Matsukaze respondía de vez en cundo a sus preguntas, por alguna razón parecía interesado en sus gustos, era la primera vez que alguien tenia un interés genuino en conocerlo, así que no iba a perder la oportunidad de hablar sobre sus videojuegos favoritos, aunque se la paso hablando de juegos los últimos dos días para cuando llego el viernes se había quedado sin temas de conversación, no esperaba ser tan poco interesante, antes hubiera inventado una historia para tratar de impresionarlo, pero no quería mentirle entonces se le ocurrió la fantástica idea de traer sus videojuegos la siguiente semana para enseñarle a jugarlos en los recesos.

Una grandiosa idea de no ser por un pequeño detalle

Que para ello tendría que recuperarlos dándole un golpe de realidad, Matsukaze se percato del cambio de humor tan repentino preguntándole si acaso se sentía mal, le aclaro que no era el caso pero volver a recordar ese día lo ponía melancólico al saber que desde entonces que su hermano tenían una terrible relación, pensar en la idea de estudiar con su incapacidad para concentrarse lo hizo considerar la opción de rendirse y resignarse a nunca recuperar sus videojuegos, sobre todo por que estaba cansado de intentarlo sin resultado alguno.

-si lo desea puedo ayudarlo a estudiar por la tarde-

Le pregunto incrédulo si en verdad haría eso por el a lo que este asintió, se sintió tan feliz que termino dándole las gracias con un abrazo para luego despedirse ya que el descanso había acabado así que debía de regresar a su salón, rebosando de felicidad, aun tenia un mes para recuperarse antes de que fueran los exámenes, lo que significaba que estaba un paso mas cerca de recuperar su videojuegos y ya no tendría que pasar la tarde solo.

Espero pacientemente todo el fin de semana esperando a que el lunes llegara lo mas pronto posible, a Kinro se le hizo curioso como su hermano parecía estar mejor, todo este tiempo creyó que estaba deprimido por no tener sus videojuegos así que verlo tan animado lo hizo preguntarse la razón, incluso podía escuchar como en ocasiones sonreía de la nada mientras comían, pese a que intento averiguar algo al respecto termino desistiendo de la idea, después de todo aun tenia un montón de cosas que hacer ya que pronto se acercaría el festival de primavera y al ser parte del consejo estudiantil estaría saturado de trabajo las siguientes dos semanas antes de los exámenes.

La idea de haber rechazo el puesto cuando lo postularon a inicios de año comenzaba a ser tentadora, pero ya era tarde para arrepentirse por ello