Capítulo VIII

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Jieun había dejado a Gyunjoon en el pasillo para que él fuera a buscar a sus amigos mientras ella se ocupaba de otra cosa, pero cuando llegó a la cafetería para poder llevarlos consigo, porque ya casi era hora de la reunión, él y sus dos amigos estaban ahí, haciendo algo que la hizo abrir sus ojos en molestia.

— ¡Yah, Go Gyunjoon! — Esta se quejó con fuerza al ver a Daebom siendo sostenido, contra su voluntad, en el suelo por los dos otros chicos maliciosos.

El moreno no iba a mentir, se asustó por tremendo grito con su nombre, tanto que soltó una servilleta con la que estaba jugando, pero mirando hacia arriba, sus ojos brillaron al ver a la chica pelinegra, en la que había estado pensando, jalando a Jinah de la camiseta y golpeando la espalda de Sungbin para que ambos soltaran al chico más joven que tenían aprisionado con sus cuerpos, levantándolo con cuidado de no lastimarlo más, aunque él estaba seguro de que ni siquiera le había dolido.

Gyunjoon rodó los ojos ante eso, mirándola fijamente y con algo de aburrimiento, realmente odiaba cuando esta tomaba el papel de heroína, no es que no se viera caliente golpeando o maldiciendo a los dos chicos, pero esas acciones solo le hacía recordar a Hyunho, y su intento de estar en cada rincón en el que ella estaba.

Ah, ese hijo de puta, más le vale no aparecer frente a mí en un buen tiempo.

Su mente tenia un conflicto interno, en el cual Hyunho era el protagonista, así que verlo era lo que menos quería en esos momentos, podía jurar que si veía su cara en ese momento, le sacaría los ojos con cualquier artefacto que pudiera encontrar.
Pero como si el solo pensar en él fuera algún tipo de invocación, la puerta se abrió, dejándole paso al grupo de Junhee, quienes hicieron presencia ante ellos con esa aura de salvadores, como siempre.

Cerrando los ojos con frustración, el moreno echó su cabeza hacia atrás mientras soltaba una maldición, antes de volver a abrir los ojos, y mirar a Jieun casi con decepción, porque sabía que era ella era como el dueño de un perro, Hyunho siendo el animal, siempre parecía estar oliéndole el trasero, siempre aparecía en donde ella estuviera.

Gyunjoon siguió mirando a la chica, quien parecía estar hablando con Dabeom y revisando sus manos, esperando que no tuviera algún rasguño, y eso lo hizo morder su labio, ¿por qué le prestaba tanta atención? Ni siquiera lo golpearon.

— Tres contra uno, ¿así de cobarde eres? — Hyunho habló después de recapacitar en lo que había sucedido, el moreno solo lo miró, no soportaba su voz, le hacía querer sacarle la lengua.

Pero cuando este vio cómo Jieun comenzaba a caminar lentamente con Daebom, este inclino la cabeza, dando un pequeño silbido, que llamó la atención de ambos, estos lo miraron y él solo levantó su mano, haciendo un pequeño movimiento llamandolos, mirando fijamente a Jieun, quien solo entrecerro sus ojos de manera rápida, volviendo a darse la vuelta. Gyunjoon se cansó, odiaba cuando no tenia lo que quería y en ese momento se encontraba más frustrado porque Hyunho estaba ahí de nuevo, y habían frustrado su diversion.

Estirandose, este logró tomar la muñeca de la pelinegra, jalandola hacia él, sin mucho cuidado, su cuerpo se pegó al suyo, causandole un poco de incomodidad a la chica, quien se quejó levemente de dolor en su muñeca. — ¿A dónde creen que van? ¿uhm?

—Yah, yah. — Junhee se adelantó, tomando la muñeca de Gyunjoon, viendo la mueca en el rostro de la chica, sabía que le dolía y no quería que se lastimara más, pero el moreno parecía estar lo suficientemente molesto como para no importarle eso, porque claro, él también sabia que esta estaba lastimada. — Es suficiente, detente, vamos, tenemos que discutir algo.

El más alto hizo una mueca, molesto por toda la interrupción que estaba teniendo en esos momentos, mucho más por las causas de tal interrupción. — ¿Por qué demonios tendría que escucharte?

𝗚𝗔𝗠𝗘; ᵍᵍʲ 『Spanish Version』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora