"Por Amarte"

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En una tarde gris, donde las sombras de la dictadura se alargaban sobre ellos, Claudio decidió abrir su corazón a Jorge. Sentados en un rincón apartado, la canción resonaba en el fondo, acompañando el susurro de confesiones.

Claudio, con mirada reflexiva, comenzó: "Jorge, hay algo que necesito decirte. Claudia ha llegado a mi vida como un rayo de luz en estos tiempos oscuros. La amo de una manera que va más allá de las palabras, es como si cada nota de esta canción estuviera impregnada con lo que siento por ella".

Jorge, sintiendo un nudo en la garganta, asintió, instándolo a continuar.

"Es difícil explicarlo. En medio de esta dictadura, donde todo parece estar en caos, Claudia es mi refugio, mi ancla", continuó Claudio. "No puedo dejar de pensar en ella, en la forma en que su risa rompe la tensión del ambiente. Es mi consuelo en este caos, Jorge".

Jorge, luchando contra sus propios sentimientos, preguntó con cautela: "Pero, Claudio, ¿no sientes la presión de estos tiempos? ¿No temes que todo esto pueda separarlos?"

Claudio suspiró, sus ojos reflejando una mezcla de amor y preocupación. "Sí, lo siento. Pero, Jorge, el amor es lo único que nos mantiene humanos en medio de esta locura. Claudia y yo compartimos algo que va más allá de las restricciones de este régimen. Amarla me da fuerzas para enfrentar cada día."

Mientras Claudio compartía sus alegrías, las palabras de la canción se convertían en un eco doloroso en el corazón de Jorge. "Amarte es mi estupidez, es mi suicidio", resonaba en su mente, cada verso profundizando la herida no sanada de un amor no correspondido. La melodía se volvía una sinfonía de sufrimiento, una banda sonora que acompañaba el tormento interno de Jorge, quien ocultaba su dolor tras una máscara de apoyo.

La canción, con su tono melancólico, tejía una narrativa paralela de desesperación y anhelos no expresados mientras Claudio hablaba de su amor por Claudia. En ese rincón apartado, Jorge se perdía en la oscuridad de sus propias emociones, sin que Claudio percibiera el dolor en cada nota de su confesión. La amistad se convertía en un campo de batalla silencioso para Jorge, donde su sacrificio emocional quedaba oculto bajo la sombra de la dictadura y los secretos no dichos.

En medio de las confesiones y la melodía melancólica que tejía el ambiente, Claudia llegó al rincón apartado. Ignorando a Jorge, se acercó a Claudio, quien la recibió con una sonrisa cálida. El corazón de Jorge latía con intensidad, sintiendo la presión de la realidad que se desplegaba ante él.

Claudia, sin dirigir una mirada a Jorge, besó a Claudio y le susurró algo al oído. La canción parecía desvanecerse en ese momento, dejando espacio para el dolor sordo que se instalaba en el pecho de Jorge.

Claudio se volvió hacia Jorge con una expresión tensa. "Lo siento, Jorge. Hay algo que debo atender. Nos vemos después". Las palabras resonaron como un eco lejano en la mente de Jorge, mientras Claudio y Claudia se alejaban de la mano. La melodía persistente acompañaba sus pensamientos, y la letra resonaba en su mente:

"Es tal difícil
Pensar con calma
Si estoy quemando
Mi corazón"

Las palabras adquirían un significado más profundo en ese momento. La llama de su amor no correspondido ardía con intensidad, y pensar con calma se volvía una tarea casi imposible. La visión de Claudio y Claudia alejándose juntos le recordaba la ardua realidad de sus propios sentimientos, un fuego interno que consumía su corazón.

La canción, que antes había sido su refugio, ahora se transformaba en un eco doloroso de su sufrimiento. Jorge se sentía quemando en la dualidad de emociones, atrapado entre la traición y el amor no correspondido. La tarde gris se tornaba aún más sombría, reflejando la tormenta interna que rugía en su interior.

La distancia creciente entre Claudio y Claudia parecía simbolizar la brecha emocional que se había abierto en la amistad de Jorge y Claudio. El rincón que antes compartían secretos se volvía un testigo silencioso de la tragedia emocional que se desplegaba.

Jorge, con la canción como su única compañía, se sumía en la introspección, enfrentándose a la realidad cruda de sus sentimientos. La llama que ardía en su pecho no hacía más que aumentar, mientras la melodía persistente marcaba el adiós de una amistad que se desmoronaba en medio de la dictadura y los secretos no revelados.

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