"Parte 11: El Diario Desgarrador De Jacqueline"

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La atmósfera en la habitación se vuelve ligera cuando Jorge, con una risa suave, observa a Claudio vistiéndose. Sus ojos brillan con complicidad mientras sigue cada movimiento de su amante. De repente, la risa de Jorge irrumpe en el silencio, sacudiendo la tensión con una energía jovial.

Claudio, intrigado por la reacción de Jorge, detiene su tarea y lo mira con curiosidad. "¿Qué pasa?", pregunta, su tono mezcla una pizca de diversión y confusión. Jorge, aún sonriendo, señala las expresiones faciales de Claudio con un gesto juguetón. "Tus muecas", dice entre risas, "ayer no fui tan brusco, como para que hagas esas caras de dolor".

El rostro de Claudio se tiñe de un rubor intenso al darse cuenta de que Jorge ha estado observando sus gestos con atención. Una mezcla de vergüenza y emoción baila en sus ojos mientras intenta encontrar las palabras adecuadas para responder. "Oh, es solo que...", comienza, pero su voz se desvanece ante la mirada seductora de Jorge.

La sonrisa de Jorge se transforma en una expresión más serena pero no menos intensa. Sus ojos brillan con un brillo cálido y acogedor mientras continúa observando a Claudio. Es una mirada que transmite complicidad y deseo, una conexión profunda entre dos almas que se entienden sin necesidad de palabras.

Claudio se siente hipnotizado por la intensidad de la mirada de Jorge, como si estuviera siendo arrastrado por un torbellino de emociones. A pesar del rubor en sus mejillas, no puede apartar la mirada de los ojos penetrantes de Jorge, que lo examinan con una mezcla de ternura y pasión.

Tratando de recuperar el control de la situación, Claudio intenta desviar la atención de su rostro hacia algo más. Sin embargo, la revelación repentina lo golpea como un rayo. Ayer fue la primera vez que estuvieron juntos de esa manera, compartiendo no solo un momento íntimo, sino también un vínculo aún más profundo entre ellos.

La realidad de lo sucedido se cierne sobre Claudio, trayendo consigo una oleada de emociones encontradas. La alegría de haber compartido un momento tan íntimo con Jorge se mezcla con la incertidumbre y el miedo a lo desconocido. Pero sobre todo, hay un profundo sentido de gratitud por haber experimentado el amor en su forma más pura y poderosa.

Aunque el dolor en su cadera le recuerda los sacrificios físicos que han hecho juntos, Claudio no puede evitar sentir una sensación de plenitud y satisfacción. Han compartido algo único y especial, algo que nunca olvidarán. Y en ese momento, Claudio sabe que su amor por Jorge solo crecerá más fuerte con el tiempo, resistiendo cualquier desafío que la vida les depare.

Jorge se levantó con la gracia de un felino y se dirigió hacia donde Claudio estaba, absorto en sus pensamientos. Sin hacer ruido, se puso su boxer que yacía abandonado en el suelo y se acercó a su amado por la espalda. Un abrazo envolvente y reconfortante rodeó el cuerpo de Claudio, quien se sobresaltó ligeramente al sentir la presencia de Jorge tan cerca.

El aroma embriagador de Claudio y el suyo se entrelazaron en el aire, creando una atmósfera íntima y cálida. Jorge, con su rostro reposando en el cuello de Claudio, dejó escapar un susurro suave y familiar. "Canario", pronunció con ternura, usando el apodo cariñoso que solían compartir.

Claudio, aún perdido en sus pensamientos, respondió con un murmullo apenas audible. "Mmm", fue su única respuesta, pero bastó para transmitir la calma y la paz que sentía en ese momento. Jorge sonrió contra la piel de Claudio, sintiendo el latido de su corazón en sintonía con el suyo.

Con un gesto gentil, Jorge se apartó ligeramente y capturó la mirada de Claudio. "Vamos a tomar desayuno", anunció con una sonrisa juguetona, su voz llena de entusiasmo. Claudio devolvió la sonrisa, contagiado por la energía positiva de Jorge.

"Vístete", continuó Claudio, dándole un suave empujón hacia el armario. "Voy a calentar el agua para que podamos disfrutar de un delicioso desayuno juntos", añadió, anticipando con alegría el momento compartido que les esperaba.

Jorge asintió con una sonrisa, agradecido por la atención y el cuidado de Claudio. Con renovado ánimo, se dirigió hacia el armario para buscar algo de ropa. Mientras se vestía, el corazón de Jorge se llenaba de gratitud y amor por el hombre que tenía frente a él, sabiendo que cada momento compartido era un regalo que no tomaría por sentado. juntos, enfrentarían el día con alegría y determinación, fortalecidos por el lazo indestructible que compartían.

Claudio se fue dejando a Jorge solo en la habitación, mientras él buscaba algo en el armario de Claudio. Mientras tanto, Claudio se encaminaba hacia la cocina para preparar el desayuno. Entre sus movimientos, sus ojos se posaron en una caja de pastel cerrada y una nota colocada sobre ella. Curioso, Claudio tomó la nota y la leyó con atención.

"Realmente he reescrito mucho lo que quiero decirte, pero ningún verso le hace justicia a lo que mi corazón quiere decirte, Canario. Atte: de tu Jorge González."

Las palabras de Jorge resonaron en la mente de Claudio, llenándolo de ternura y emoción. El apodo "Canario" siempre había sido una muestra del cariño especial que Jorge sentía por él, y verlo escrito en aquella nota le recordaba los momentos compartidos y la conexión profunda que tenían.

Para Claudio, Jorge era mucho más que un simple estudiante de música. Lo veía como un genio incomprendido, un alma creativa con un potencial ilimitado. Sus letras, diferentes y llamativas, eran una expresión de su singularidad y su profundo amor por el arte. Claudio estaba convencido de que, si Jorge se lo propusiera, podría triunfar como músico y alcanzar la fama que merecía.

A pesar de que Jorge aún estaba estudiando música, Claudio veía en él el potencial para formar una banda exitosa. Imaginaba a Jorge en el escenario, entregándose por completo a su arte y cautivando al público con su talento único. Aunque la banda de Jorge sería diferente a las demás, con un estilo y una personalidad distintivos, Claudio estaba seguro de que sería amada y admirada en todo el mundo.

Mientras reflexionaba sobre las palabras de Jorge, Claudio no pudo evitar sentirse abrumado por el amor y la admiración que le profesaba. Sabía que tenía a su lado a un hombre extraordinario, cuyo talento y pasión iluminaban su vida de una manera única y especial. Con una sonrisa en los labios, Claudio guardó la nota en su bolsillo, decidido a mantenerla cerca como un recordatorio constante del amor que compartían.

Mientras tanto, en la habitación, Jorge continuaba buscando algo en el armario de Claudio. Su mente estaba llena de pensamientos sobre Claudio y el futuro que podrían construir juntos. Aunque sabía que no sería fácil, estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío con tal de estar junto a su amado. Con determinación y esperanza en el corazón, Jorge se preparaba para dar el siguiente paso en su historia de amor con Claudio.

 Con determinación y esperanza en el corazón, Jorge se preparaba para dar el siguiente paso en su historia de amor con Claudio

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Posdata
En la mente de Claudio sonaba "El es mi ídolo" 🗿💋

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