—¿Otra vez irás a tus sesiones de terapia matrimonial?Joshua arrugó su ceño e ignoró la mirada de advertencia que su amigo le había dirigido.
Respiró con profundidad y una vez se aseguró estar calmado, se giró sobre sus talones y enfrentó a la rubia. Quien tranquilamente se apoyó en el marco de la puerta que daba al gran salón de su casa.—Necesito estar casado para ir a dicha terapia, lo que no estoy.— informó con monotonía.
—Porque lo evades.— señaló la rubia en un tono que estaba supuesto a ser apacible.
—¿Tenías algo importante que decir,
MinHee?—No realmente, sólo me encontraba curiosa de adónde te dirigías tan temprano en la mañana.
—Eso no es de tú interés.— masculló con su ceño volviéndose a fruncir.
—En efecto— concordó con simpleza—, pero nunca atiendes las llamadas de mamá y eso sólo termina con ella llamándome.— agregó en un suspiro, pasando una mano por sus rubios cabellos—. Y si yo no le digo dónde te encuentras, se pondrá de malhumor.
—Ella vive en ese estado...
—Por tu culpa.
Joshua no tenía como pasatiempo favorito discutir con su hermana, en lo absoluto. La jardinería lo era. Y Seokmin podía creer que sí al igual que sus padres, sus accionares no demostraban lo contrario. Lo sabía. Pero él realmente evitaba a la princesa tanto como pudiera y se esforzaba por no reaccionar ante sus palabras. Pero cuando ésta decía cosas tan descuidadas como esas, simplemente su mecha se encendía y él no hacía más que defenderse.
Podría lucir como un ataque, pero él nunca era el primero en atacar de ellos.
Él se defendía. El siempre se había defendido.
Tienes razón.— murmuró con seques, asintiendo cortamente—. Y ahora si me disculpas, tengo cosas importantes que hacer.
Mingyu se apresuró en seguirlo tan pronto dio grandes zancadas fuera de la casa. Estaba molesto, no trató de ocultarlo. Su expresión se contrajo y su ceño se frunció tanto como pudo.
—No creo que lo haya dicho con esas intenciones.
Joshua miró al pelinegro junto a él y sus labios terminaron frunciéndose también.
MinHee nunca decía las cosas con esa intención, se recordó con ironía. Rodando sus ojos y evitando decir cualquier cosa que pudiera considerarse como grosera. Aunque no responder también lo fuera. Mingyu era un buen amigo y estaban en horario laboral.
No tenía porqué arruinarlo antes de tiempo.
—
—Pensé que ya no volverías.
Joshua enarcó una ceja y esperó a que la mujer dueña de aquella voz y pronunciadas palabras, se encontrara frente a él para responder.
—¿Y por qué no lo haría?
Su pregunta fue modulada en un tono monótono y casi aburrido, no había mucho más. Ni siquiera curiosidad. La mujer por fin tomó asiento ante él y le miró, sonriéndole afablemente por unos pocos segundos.
—La última vez te fuiste molesto.— respondió sin más, procediendo a acomodar algunos papeles en su escritorio que parecían estar revueltos.
—La última vez estaba molesto.
La castaña asintió, comprensiva—. Reconozco que te presioné demasiado, una disculpa por eso.
—Fui algo impulsivo y descortés, así que me disculpo también.
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Real engagement - Seoksoo
RomansaSeokmin tenía modales destacables, ignorando su título real. Él naturalmente era un chico cordial y educado, amable y algo risueño. Más no perfecto. El joven príncipe tenía muchas faltas a pulir, su impulsividad por ejemplo, su pequeño mal genial, s...