Una escapada

7.7K 23 4
                                    

Andrea y yo nos hemos acercado mucho, y decidimos irnos solitas a un sitio alejado de todo y de todos
Ultimamente, Andrea y yo nos hemos acercado mucho, me la paso de poca madre con ella, varias veces se ha quedado en mi casa, obviamente tenemos ricas sesiones de sexo, y nos quedamos muy satisfechas con ello.

Ella me ha dicho que piensa mucho en mí, que le gusta como disfruto cuando me coge, así como yo a ella, así que la pasamos muy bien; no sé si funcionamos como pareja, pero la paso muy bien con ella.

Como ya está en verano encima, pensé que sería una buena idea irnos a la cabaña a la que hemos ido varias veces con todas mis amigas, por lo que pregunté por una, y afortunadamente había una disponible, por lo que la aparté, le avisé a Andrea y estuvo de acuerdo en ir, para pasarla rico entre las dos, solo nosotras.

El sábado temprano, luego de visitar a mi madre, pasé a casa de Andrea por ella, partimos hacia la cabaña, un gran fin de semana nos esperaba; encendimos la radio para ir escuchando música y cantando, Andrea abrió una cerveza mientras íbamos en el camino, yo no quise, por estar manejando, pero eso sí, abrí una botella de agua y ella me encendió un cigarro.

Una hora después, llegamos a nuestro destino, no había mucha gente, por lo que podríamos pasarla muy rico las dos; llegamos a la casa y comenzamos a bajar las cosas que llevamos, un poco de comida y mucha bebida, así como una bolsa con los juguetes sexuales con los que nos divertiríamos.

Andrea dijo que tenía hambre, por lo que se dispuso a hacer unos sandwiches para degustarlos, le pedí que me hiciera unos para mí, en lo que baja las cosas; puse las maletas en la recámara, aunque no era mucha ropa la que traía, pero igual teníamos que llevarla.

Cuando regresé a la cocina, Andrea estaba en ropa interior, la verdad, se veía muy rica, su tanga hacía ver sus nalgas muy antojables, con ganas de besarlas y acariciarlas, pero me contuve.

-¿Y eso que te quitaste la ropa, acaso quieres provocarme?

-Lo hice para estar cómoda, pero si caes, por mí encantada, además, recuerda: pienso darte el culo, y espero que me des el tuyo, bebé.  

-¡A huevo que sí! para eso venimos, putita linda.

Nos dimos un beso muy rico, le acaricié las tetas y las nalgas, pero no seguí, le comenté que quería ir al lago, por lo que me pondría un bikini, y le dije que si quería ir conmigo, a lo que aceptó; ambas fuimos a la recamara para cambiarnos, ella trajo uno verde y yo uno azul turquesa.

Ella se quitó la lencería y me encantó verla desnuda, la verdad se me antojaba un chingo, pero también quería nadar un poco, por lo que me aguanté, yo también quedé desnuda y ella solo se me quedó viendo, pero en su mirada se notaba el deseo, queria cogerme, pero igual se aguantó.

Ambas nos pusimos los bikinis y salimos, solo nos llevamos unas cervezas, los cigarros y unas botanas, ademas de unas toallas para poder sentarnos y otras para secarnos, nos acomodamos cerca del lago y nos tiramos en la orilla, el clima era muy agradable y me dispuse a disfrutar la tarde, con una muy agradable compañía.

Nos metimos a nadar, jugamos un poco en el agua, pero la cercanía hizo que las caricias fueran sutiles, y poco a poco comenzaron a dejar de serlo, para provocar a la otra; finalmente, comenzamos a besarnos muy rico, me encanta sentir su lengua jugar con la mía, sentí sus manos en mis nalgas, yo acaricié las suyas, me propuso ir a la cabaña, porque quería darme una rica cogida, lo cual acepté con gusto.

Salimos del agua, tomamos las cosas y fuimos a la cabaña, una vez dentro, cerramos la puerta y volvimos a besarnos, esta vez, todo era más intenso, nos quitamos los bikins en chinga, para estar desnudas, estábamos indecisas en hacerlo en la sala o en la recámara, finalmente decidimos por la primera, nos acostamos en la alfombra y seguimos con los besos, pero las caricias estaban mejores, ella bajó por mi cuello y llegó a mis tetas, su boca atrapó mi pezón, mientras acariciaba la otra, estaba muy caliente, mi amante favorita estaba disfrutándome, yo estaba encantada de ser cogida por ella.

Le pedí más, ella aumentó la intensidad de las mamadas, no me decía nada, ella bajó poco a poco por mi abdomen, hasta llegar a mi panochita mojada, de inmediato abrí mis piernas, para facilitarle la labor su lengua hacía maravillas en mi pucha, estaba tan excitada, presionaba su cara contra mi panochita para que lo hiciera mejor, me mojaba más metió un dedo en mi culo caliente, mientras sentía como llegaba mi orgasmo, hizo que mi cuerpo se estremeciera.

Ella se separó de mí, una sonrisa se dibujaba en su cara, se me acercó para darme un beso riquísimo le dije que me dejara descansar un poquito, que me había dejado agotada , pero ella no aceptó, se puso entre mis piernas, y juntamos nuestras vaginas en unas deliciosas tijeras, comenzamos a movernos, las dos estábamos muy calientes, yo acariciaba las tetas de Andrea, ella se abrazaba a una de mis piernas, mientras se movía para alcanzar el orgasmo, lo que finalmente conseguimos, Andrea cayó encima de mí agotada, pero muy satisfecha.

Nos quedamos un rato en el suelo, finamente me puse de pie y fui a tomar un poco de agua, y después abrí dos cervezas y encendí un cigarro, pero también otro para Andrea, ambas nos pusimos a tomar y fumar, mientras nos recuperábamos.

-No mames, Faby, qué rico te moviste, ¡me encantó!

-Y tu me mamaste muy rico, y eso que aun no me culeas, putita linda.

-Si quieres vamos a la cama, ahí lo podremos hacer más rico.

Me puse de pie, la ayudé a levantarse y nos fuimos a la recámara, nos tumbamos en la cama, y comenzamos a besarnos nuevamente, yo estaba encima de ella le dije que se volteara y eso hizo, acaricié su espalda y fui bajando a las nalgas, se veían muy ricas, las separé y su culo lucía muy apetecible, me acerqué y comencé a mamárselo, los gemidos (que luego fueron grito de placer) de Andrea eran deliciosos, me ayudaban a excitarme mientras jugaba con el culo caliente de mi amante.

Metí mi lengua muy rico, apretaba las nalgas de Andrea, ella estaba retorciéndose de placer, se tocaba el clítoris mientras mamaba su culo, el sabor era delicioso, logré que alcanzara el orgasmo.

Me retiré un poco de ella, fui a ponerme la verga, una vea que lo hice, regresé con Andrea, quien solo sonrió y abrió los ojos de emoción, de inmediato, comenzó a mamarla, se veía muy puta haciéndolo, yo me acariciaba las tetas mientras Andrea disfrutaba de la verga.

Le dije que me diera el culo, ella se puso en cuatro, con las nalgas bien abiertas, comencé a metele la verga en el culo, ella estaba muy caliente, comencé a moverme, la sujeté de las caderas, mientras le daba una rica culeada.

-¡Pinche puta, dame más verga, cabrona!  

Me moví más rápido, los gritos de Andrea eran más ricos, usé mi mano para tocarle la panochita mientras le daba rico por el culo, estaba muy mojada, yo también quería verga, pero tenía que sacarle un orgasmo a Andrea, y la verdad, no era complicado, ya que acababa muy fácil, unos minutos después, tuvo su climax, muy rico.

Caí rendida al lado de ella,  ella se puso a mamarme la verga, pero lo hizo muy despacio, como disfrutándola; se acurrucó junto a mí, y nos quedamos dormidas, pero, justo antes de cerrar los ojos, me pareció ver que alguien nos veía por la ventana, pero estaba muy cansada para averiguar si era cierto, o producto de mi imaginación.

Eso se los cuento luego.   

_______
Los relatos de esta chica me dejan calientisima!

Relatos Eróticos Lesbianos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora