Esta historia es sobre una chica llamada Charlotte Davies, qué vive en el Distrito 11 y fue convocada para los 74° juegos del hambre, junto a otro joven llamado Oliver Brown. Juntos, durante estos juegos, se hacen aliados, (incluidos Peeta y Katniss...
Termino todo. Me fui de mi hogar, me subieron a un tren HERMOSO. Debo decir que ahora entiendo a los del Capitolio. A ver, ¿un tren lujoso, más grande que mi casa? Por dios.
Nos dieron un tour súper rápido del tren, y nos dijeron que el viaje iba a ser de 3 días, Pero prometieron que iba a ser rápido, ya que este vehículo iba a 300 kilómetros por hora.
Decidimos sentarnos a comer algo, yo comí una porción de pastel de frambuesa y arándanos y me tome un jugo de: mango, naranja y kiwi. Delicioso. Termine absolutamente llena, algo que nunca me había pasado en la vida, y debo admitir: se siente asombroso.
Oliver se pidió lo mismo, solo que un vaso de agua. Se le veía muy, muy, MUY angustiado. Peor que yo. Yo entiendo el porqué de su tristeza, pero yo le recomendaría ir aprovechando los últimos días que le quedan. A menos que gane, por supuesto.
Nuestro mentor se presentó, y nos empezó a hablar de cómo el ganó los juegos del hambre. Dijo que los ganó jugando limpiamente, ósea nada de trampas. Aunque dudo que puedas hacer trampa, porque creo que te revisan hasta los pecados antes que entres.
Dijo que siempre al principio de los juegos, nos muestran una cornucopia o algo parecido, donde hay armas, u objetos para la supervivencia. Nos advirtió que NO hay que ir hacia allá, a menos que queramos la muerte.
"Si ustedes quieren suicidarse, pues háganlo; van a la cornucopia donde les espera un baño de sangre y su muerte." Creo que lo dejo un poco claro. Cuando lo dijo de esa manera Oliver y yo nos reímos, aunque fue un poco raro, porque creo que no lo decia de chiste.
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UN RATO DESPUÉS
Mi habitación era normal, para alguien del Capitolio. Para mi era algo absolutamente nuevo. Me instale, y me voy para la sala de estar; donde me encuentro a Oliver sentado, mirando hacia la ventana.
-"Hola, Oliver." -"Hola Char, siéntate si quieres." "Hay mucho espacio" dijo el joven. -"¿Tu dices?" Dije sarcásticamente. Ambos nos reímos.
Me siento y decido empezar a hablar con el:
-"Oye, perdón si me meto pero, ¿estás bien?" Pregunté preocupada. -"La verdad...no." -"Puedes contarme si quieres, soy buena escuchando." -"Pues.antes de que me convoquen, y pase todo esto, mi madre se murió. Los agentes de la Paz la mataron, y no se porqué".
Luego me dijo que también estuvo triste porque ninguno de sus hermanos mayores se habían ofrecido como voluntarios. Que muchas cosas horribles pasaron este día, y que su madre no va a poder estar ahí a lo lejos para apoyarlo en esto.
-"Pero...¿qué hay de tu padre?" -"Es un alcóholico, mi madre es la que solía cuidar a la familia, el simplemente se tomaba 5 botellas de cerveza por día. Digamos que ninguno de los 3 hijos nunca tuvieron una linda relación con el. Incluido yo." Noté como se le salió una lágrima. -"Lo siento mucho Oliver, siempre estoy aquí para ti cuando lo necesites." -"Gracias Char."
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Nos quedamos conversando por 1 hora y media, literalmente hablamos de todo. Me sentí muy feliz de haber encontrado una persona que me entendiera, pero ese pensamiento no duró menos de 20 segundos. Recordé que alguno de los dos iba a terminar muerto. Yo no quería eso. Y si los dos quedábamos vivos, me iba a sacrificar por el. Tengo que hacerlo. ¿Acaso no vieron como es su familia? Tiene que alimentarlos. La madre ya no está, y el padre es un adicto a las bebidas alcohólicas. Mi familia estará más que bien sin mi, yo tengo suerte de que todos estén sanos y salvos, incluyéndome a mi, por ahora. (Dentro de poco estaré muerta pero ignoremos eso).
