05. Igual al resto

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17 mayo 2022
Luna Torres

Hoy se cumplía mi primer semana viviendo en La Masia y trabajando para el Barcelona. Si me decían esto hace un mes jamás lo hubiera creído. Realmente sentía que mi vida iba recuperándose poco a poco, igualmente no quería ilusionarme y encariñarme tanto porque sabía que todo esto sería momentáneo, pero es imposible no hacerlo. La gente que conoci acá es tan increíble y realmente no podés no quererlos.

Mi día había comenzado a las 8am con fruta como desayuno y luego un viaje a la ciudad deportiva donde los chicos tuvieron sesión de gimnasio. Mientras hacia las fotos veía el sufrimiento en sus caras, era divertido ver sus muecas pero se que para ellos no lo era.
A las 13pm volvimos a La Masia para almorzar, luego aprovechamos a dormir una siesta para a eso de las 16pm volver a irnos. Está vez fue un entrenamiento habitual, sin tanto esfuerzo, aunque estoy segura que si yo intentara hacer algo de lo que Xavi ordena ya estaría muerta en el campo.

El entrenamiento de la tarde había acabado hace un rato y ya estábamos en La Masia nuevamente. Eran las 18pm y junto a los chicos decidimos irnos a la sala de juegos para así hacer tiempo hasta la cena.

— Vaya día hoy —dijo Pedri tumbandose en un sofá.

— Xavi quiere acabar con nosotros —lo siguió Ansu.

— Quiero dormir 100 años —dijo Balde sentandose también.

— Mi cuerpo entero arde —se quejo Pablo Torre.

— Que exagerados —dije parada al lado del sillón donde ellos estaban. Ante mis palabras los cuatro giraron su rostro para verme con indignacion. No pude evitar reír. — Era un chiste. No me gustaría estar en su lugar.

— Es gracioso hasta que te toca sufrir a ti —dijo Ansu.

— Ya... ¿Jugamos un fifa? —pregunto Balde.

— Pero somos 5 —dije.

— Por eso. Tu saca fotos y nosotros jugamos
—bromeo Pedri. Indignada golpeé su hombro. — Que es broma. Si quieres nos vamos turnando.

— Bueno, esta bien. Pero miren que soy buenísima.

— Seguro que si —se burló Pablo Torre.

— Suelen caerme mal los Pablos y vos vas a ser mi siguiente víctima

— Joder cierto, ahora si que tengo miedo
—hablo el mismo y todos reímos.

(...)

La hora de la cena ya había llegado y nos encontrabamos todos juntos en el comedor, todos excepto Gavira. No es que me interese que este o no, la verdad el no es importante en mi vida, pero me preocupa ser la culpable de que casi nunca cene con sus amigos.
Desde que llegué compartimos mesa para cenar solo dos veces ya que cuando entra al comedor, y me ve sentada con su grupo, toma su plato y se va, vaya uno a saber dónde.

Está noche no fue la excepción. Entonces aproveche que ya había terminado mi plato y me levanté para seguirlo.

— ¿Ya te vas? —pregunto Pedri. — Hoy nos dan postre.

— Si, en un rato vengo. Guárdame un poco por las dudas.

Camine con prisa para poder seguirlo y no perderlo de vista.

Como Cenicienta | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora