11. Idealizado

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Junto a Ferran y Pedri caminába por un diminuto, oscuro y un poco tetrico pasillo

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Junto a Ferran y Pedri caminába por un diminuto, oscuro y un poco tetrico pasillo. No les voy a mentir estoy cagada hasta las patas, se supone que este es el camino que nos lleva al vip del boliche pero empiezo a creer que estamos dirigiendonos al mismísimo infierno.

Mí cabeza dejo de crear escenarios macabros, en los cuales moriamos asesinados, cuando el canario abrió una puerta que milagrosamente nos dejaba ver el tan esperado lugar. Gracias a Dios no era el infierno, al parecer estábamos en el segundo piso de la discoteca, el famoso vip.

Con la mirada buscábamos al resto de los chicos. Cuando los encontramos nos acercamos a ellos y los saludamos, algunos bailaban pero la mayoría estaban sentados en los sillones alrededor de una mesa llena de todo tipo de bebidas alcohólicas.

Mierda que tienen sed, pensé.

También aprovecharon la ocasión para cada uno presentarme a sus novias y esposas, que para mí suerte eran mujeres muy simpáticas con las que seguro me llevaré genial.

Sin embargo mis ojos no pudieron evitar buscar a Pablo, el no estaba con nosotros y yo estaba desesperada por verlo.

Cuando el partido había terminado Pablo no se veía bien y después en la Masia ni siquiera bajo a cenar.

¿Por qué me preocupo tanto por él?

Es que pobrecito, de seguro se sentía súper mal.

Basta.

— ¿Pablo no vino? —me atrevi a preguntar. Las palabras salieron de mi boca sin control alguno.

— ¿Y esa pregunta? —cuestiono Balde levantando una ceja.

— Solo pregunte porque hoy no apareció en la cena... —respondi.

— Hace días lo odiabas y ahora te preocupas por el, así nacen las mejores historias de amor —dijo Araujo con una sonrisa en su rostro mientras pasaba su brazo por los hombros de Abi, su simpática esposa.

— Me preocupó como lo haría con cualquiera de ustedes —dije nerviosa — claramente hoy no tuvo un buen día, quizás se sentía mal...

— Pues quédate tranquila que Gavi está bien
—hablo Jordi Alba tranquilizandome.

— Pff yo diría que está más que bien —rio Ferran mientras señalaba hacía la derecha con su cabeza.

Y si, ahí estaba él.
Perfectamente bien...

Se besaba desaforadamente con una rubia a la cual no podía verle la cara pero con solo ver su cuerpo ya podia imaginar que era modelo, muy hermosa por cierto.

Mientras lo veía el corazón me latía de una forma extraña y sentimientos indescriptibles se apoderaron de mí.

— Joder ya es la tercer tía de la noche, si que es rápido el cabron —comento Balde sin apartar la vista de ellos.

Como Cenicienta | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora